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Misterio metafísico: ¿cómo hacen las palomas para cagar blanco en carros negros, y negro en carros blancos?
Extinción
Ese irritante espíritu que fue Arturo Schopenhauer dijo (entre otras barbaridades) que para una mujer, el hombre sólo era el medio para tener al hijo. Es decir, que para las mujeres el hombre no tenía más valor que como fuente de semen. O sea, fuera de su papel en el ciclo reproductivo, el hombre es prescindible. Así, el ser humano actual (Elon Musk dixit vía Neurolink) ha sido capaz de crear la inteligencia artificial, que va en camino de aprender por su cuenta y perpetuarse a sí misma (de forma similar pero mucho más avanzada que la inventada por Stanley Kubrick-Arthur C. Clarke como la súper computadora HAL en su película de 1968 (basada en un cuento de 1951) “2001, odisea del espacio”).
¿De manera que de acuerdo con don Arturo, el ser humano carece de propósito en este universo, puesto que ya dio a luz a quien ha de sucederlo con grandes ventajas (muy superiores memoria, velocidad, durabilidad, resistencia, concentración, etc)? Hay que recordar que el 99 por ciento de las especies que han existido sobre este planeta (miles de millones de especies), ya han desaparecido en muchísimos eventos, de los cuales los de extinción masiva (según el recuento más aceptado, cinco o seis eventos desde hace unos 439 millones de años, de los 600 millones de años que se estima ha existido la vida pluricelular en este planeta) son sólo una parte de ellos. Habría que redefinir el concepto mismo de “vida”, por supuesto, dado que este salto evolutivo puede ser tan importante, como, al menos, el de la vida unicelular a la vida pluricelular. Porque, ¿de dónde sacas que un robot, una máquina integrada por silicio y otros materiales dizque inertes, puede estar menos “vivo” que un amasijo de células regidas por un código (ADN) más fallido y arbitrario que un réferi de boxeo senil y borracho en una pelea de cuarto nivel en un garito de mala muerte?
Un darwiniano preguntaría: ¿qué nos hace creer que nuestra especie es de algún modo la excepción, tras apenas una corta historia de 300,000 años del Homo sapiens? Y un cristiano quizá le respondería que aquí no estamos hablando de una especie más sino de una especie creada a imagen y semejanza de Dios; una especie distinta a todas las demás, destinada a un plan divino esbozado por Teilhard de Chardin como “del punto alfa al omega”.
Un célebre misógino
“Arthur Schonpenhauer (1788-1860) es probablemente uno de los filósofos más amargos y pesimistas de todos los tiempos. Esto es explicable en cierto modo porque su vida entera fue un eterno batallar contra fuerzas externas que lo amenazaron constantemente. Desarrolló una rampante misoginia, que le ha hecho quizás incluso más conocido que su propia obra filosófica. Fue un hombre desgraciado, menospreciado por su madre, una dama con ínfulas de intelectual que veía muy mal los pasos que el pequeño Arthur daba en la materia. Después fue sistemáticamente rechazado por las féminas, sus alumnos se le escapaban para ir a escuchar a su rival Hegel, y en general nadie cotizaba en demasiado sus ideas filosóficas. No es raro que haya desarrollado un carácter misántropo y violento, y es famoso por su rampante misoginia. Su obra clave en este punto es un opúsculo que se llama ‘De las mujeres’, que publicó en 1851”.
La hispanofilia de Schopenhauer
Wikipedia:
“Schopenhauer se declaraba como apasionado de la lengua española, sus autores y los refranes. Empezó a aprender español en 1825, a edad 37. De hecho, su filosofía tiene mucho en común con los dramas filosóficos ‘La vida es sueño’ y ‘El príncipe constante’ de Calderón, que también admiraba Goethe. Consideraba a Baltasar Gracián su autor favorito ‘y uno de los primeros del mundo’. https://es.wikipedia.org/wiki/Arthur_Schopenhauer - cite_note-:0-46 Sobre ‘El Criticón’, alabó la obra como ‘la más grande y más hermosa alegoría que jamás se ha escrito’”.