gfarber1948@gmail.com
www.farberismos.com.mx/web/
La primera condición de progreso es la eliminación de la censura.
La batalla por la Suprema
Trump acaba de nombrar a esta juez “conservadora”, Amy Coney Barret, para ocupar el hueco que dejó por muerte en la Corte Suprema gringa (un selectísimo club de nueve miembros vitalicios cuyas decisiones ya no son disputables vía judicial) la muy “progresista” Ruth Bader Ginsburg (las malas lenguas dicen que en realidad murió hace meses, pero que se había ocultado el hecho). Doña Ruth ocupó ese baluarte de poder político desde 1993. A Amy tiene que confirmarla el Senado, hoy dominado por el partido republicano. Por supuesto que el partido demócrata le hará la guerra nuclear a todo trapo, pero creo que Trump se impondrá antes de las elecciones del 4 de noviembre. Si doña Amy es confirmada y vive como doña Ruth, ocupará esa posición un larguísimo periodo de 39 años, más que ninguno de sus 114 antecesores (sólo cuatro mujeres) en los 208 años de historia de la Corte Suprema.
La abogada
Wikipedia: “Amy Vivian Coney (el apellido Barret le llegó al casarse) nació el 28 de enero de 1972 en Nueva Orleans, Luisiana (o sea que es signo acuario y tiene 48 años, edad casi igual a la de mi hija mayor). Es católica practicante. Es la mayor de siete hermanos, cinco hermanas y un hermano (Amy tiene también 7 hijos, de edades 8 a 19, dos de ellos niños haitianos adoptados; el menor de sus hijos sufre del síndrome de Down, cosa que ella supo desde la gestación y decidió tenerlo, no abortarlo; ese pequeño es el favorito de todos, padres y hermanos). Su padre Michael Coney trabajaba como abogado para la petrolera Shell Oil Company y su madre Linda era ama de casa. Creció en Metairie, un suburbio de Nueva Orleans, y se graduó de St. Mary’s Dominican High School en 1990. Barrett estudió literatura inglesa en Rhodes College en Memphis, Tennessee. Se graduó en 1994 con una licenciatura magna cum laude y fue invitada y admitida en la muy rigurosa y antigua sociedad de honor académico Phi Beta Kappa. Luego estudió jurisprudencia en la Facultad de Derecho de Notre Dame con una beca de matrícula completa. Fue editora ejecutiva de Notre Dame Law Review y se graduó como la primera de su clase en 1997 con un Juris Doctor summa cum laude. Tiene muchos artículos y ensayos publicados en revistas especializadas. A sus alumnos de leyes suele decirles que su propósito en la vida no es convertirse en buenos abogados, sino en conocer, amar y servir a Dios”. O sea, ella es otro cerebrito como el Secretario de Estado Mike Pompeo y muchos otros del Gabinete de Trump. La tecnocracia a todo lo que da.
Supervivencia y sobrevivencia
“Lo que dice al respecto el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Academia:
sobrevivir. ‘Seguir existiendo después de la muerte de alguien, de la desaparición de algo o de un suceso’. Se construye con un complemento indirecto: «A Lupe Gómez le sobreviven sus hijos» (DYucatán [Méx.] 23.7.96); «Ernesto Samper dijo ayer que sobrevivió a un atentado» (Clarín [Arg.] 14.2.97). Existe la variante cultista supervivir, de uso mucho menos frecuente: «Una de las más antiguas lenguas de América, que supervivió arrinconada en la costa de Esmeraldas» (Salvador Ecuador [Ec. 1994]). A diferencia del verbo, el sustantivo derivado supervivencia (‘acción de sobrevivir’) ha triunfado frente a sobrevivencia. Los adjetivos superviviente y sobreviviente (‘que sobrevive’) conviven en el uso culto. Es incorrecta la forma superviviencia. El verbo habitual es “sobrevivir”, no “supervivir”.
Predador y depredador
Los términos predador y depredador son sinónimos, es decir, no existe ninguna diferencia de uso o significado entre uno y otro. Ambos provienen del latín depraedator, derivado del verbo praedari (“robar”, “arrebatar”, “adquirir un botín”), que a su vez proviene de praeda, (“presa”). Su aplicación al reino animal se dio históricamente a modo de préstamo o metáfora.
Oooooommmmmm
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.
http://www.todo-mail.com/content.aspx?emailid=2581