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Ha sido recurrente escuchar, desde que surgió la pandemia del coronavirus, que después del azote de este flagelo debemos ingresar a una “nueva normalidad”. Pero, ¿qué se entiende por esta “nueva normalidad”? Normalmente, se concibe como el retorno a las actividades económicas y sociales que existían antes del arribo de la pandemia.
Sin embargo, en la audiencia del miércoles 30 de septiembre, el Papa Francisco señaló que no podemos volver a la normalidad, puesto que eso indicaría que retornaríamos a una sociedad enferma en la que se privilegian muchos antivalores y la insultante vivencia de multitud de injusticias, exclusiones y egoísmos. Por eso, reiteradamente insiste en que debemos emprender la impostergable tarea de regenerar la sociedad.
“Podremos regenerar la sociedad y no volver a la llamada “normalidad”, que es una normalidad enferma, en realidad enferma antes de la pandemia: ¡la pandemia lo ha evidenciado! “Ahora volvemos a la normalidad”: no, esto no va porque esta normalidad estaba enferma de injusticias, desigualdades y degrado ambiental”, señaló.
El Pontífice subrayó que el virus solamente desenmascaró las lacras que ya existían en la sociedad: “Un pequeño virus sigue causando heridas profundas y desenmascara nuestras vulnerabilidades físicas, sociales y espirituales. Ha expuesto la gran desigualdad que reina en el mundo: desigualdad de oportunidades, de bienes, de acceso a la sanidad, a la tecnología, a la educación: millones de niños no pueden ir al colegio, y así sucesivamente la lista. Estas injusticias no son naturales ni inevitables. Son obras del hombre, provienen de un modelo de crecimiento desprendido de los valores más profundos”.
Por consiguiente, subrayó: “Por esto, para salir de la pandemia, tenemos que encontrar la cura no solamente para el coronavirus -¡que es importante!, sino también para los grandes virus humanos y socioeconómicos”.
¿Contribuyo a regenerar la sociedad?