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Es común que en las escuelas se nos enseñen las diversas teorías sobre la historia del comienzo del universo, del mundo y del hombre. Empero, hoy es importante que le demos vuelta a la página y nos empeñemos en escribir la historia del comienzo, pero del comienzo del nuevo giro que imprimiremos a nuestra vida en 2021.
Al comenzar un nuevo año es imprescindible entonar un canto de gratitud y de esperanza. De gratitud, aunque quisiéramos que algunos dolorosos acontecimientos no hubieran sucedido, y de gran esperanza, porque a pesar de todo podemos seguir adelante con un profundo aprendizaje que nos hará mejores personas.
Después del difícil año que hemos dejado atrás es normal que sintamos ganas de vernos, de encontrarnos, de abrazarnos y de besarnos. En este momento especial del año que se fue y del que llega es usual que nos gane la melancolía, como escribió Julio Cortázar:
“Como siempre a esta altura del año, me invade un gran deseo de volver a ver a los viejos amigos, tan alejados ya por esas mil razones que la vida nos va obligando a acatar poco a poco. Usted también, creo, es sensible a la amable melancolía de una sobremesa en la que nos hacemos la ilusión de haber sido menos usados por el tiempo, como si los recuerdos comunes nos devolvieran por un rato el verdor perdido”.
Es de esperar que la amarga experiencia vivida nos impulse a no repetir los errores, como aseguró que acontece la poeta Wislawa Szymborska, ganadora del Premio Nobel en 1996: “Nada sucede dos veces ni va a suceder, por eso sin experiencia nacemos, sin rutina moriremos. En esta escuela del mundo ni siendo malos alumnos repetiremos un año, un invierno, un verano”.
¿Estoy listo para recomenzar la historia?