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"ÉTHOS"

"Recobrar la propia humanidad"

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    rfonseca@noroeste.com

    @rodolfodiazf

     

    Errar es de humanos, dice una antigua sentencia latina, sin embargo, permanecer en el error es diabólico. En efecto, todos nos equivocamos, todos cometemos errores, pero lo lamentable es no reconocerlos y casi regodearnos de ellos.

    No obstante, lo peor es que algunas personas nos encasillan en el error cometido y no permiten nuestra regeneración. Sí, desgraciadamente hay personas negativas que se caracterizan por estar señalando con índice flamígero a quienes nos equivocamos, parece que nos relegan a una dimensión perdida y no posibilitan que recobremos la dignidad extraviada. Como dice un antiguo refrán: “Por un perro que maté, mataperros me llamaron”.

    La duodécima estación del Vía Crucis -Jesús muere en la cruz- fue comentada por un juez de vigilancia penitenciaria, quien comenzó reconociendo la necesidad de expiar la culpa cometida:

    “Es necesario que el hombre expíe el mal que cometió; no hacerlo sería banalizar sus delitos y justificar las acciones intolerables que realizó, causando a otros sufrimiento físico y moral”.

    Empero, precisó que la justicia nunca puede divorciarse de la misericordia: “Pero una verdadera justicia sólo es posible a través de la misericordia, que no clava al hombre en la cruz para siempre, sino que se ofrece como guía para ayudarlo a levantarse, enseñándole a captar el bien que, no obstante el mal cometido, nunca se apaga totalmente en su corazón. Sólo recobrando su propia humanidad, la persona condenada podrá reconocer esa humanidad en el otro, en la víctima a la que provocó dolor”.

    Puntualizó que el camino de recuperación es difícil y tortuoso, pero es inevitable para reconstruir la historia personal y colectiva, a la vez que se brinda esperanza a las personas condenadas para que, al pagar su condena, puedan ser acogidas sin rechazo social.

    ¿Ayudo a recobrar la dignidad perdida?