La Ilustración reconoció el poder y señorío de la razón, incluso se comentó enfáticamente que el ser humano había llegado a su mayoría de edad, como expresó el filósofo alemán, Emmanuel Kant:
“La Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. Sapere aude! (¡Atrévete a saber!) ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!, he aquí el lema de la Ilustración”.
Sin embargo, este endiosamiento unilateral de la razón conduce a una autosuficiencia temible que erige sistemas económicos opresores, desiguales e injustos. Por tal motivo, se refuerza también que el dominio de la razón debe acompañarse con el crecimiento y desarrollo en los esenciales renglones del sentimiento, generosidad, emoción y empatía.
En esta contingencia sanitaria del coronavirus, Leonardo Boff reiteró su llamado a procurar que se instaure armónicamente el imperio de la razón sensible y cordial:
“No basta la hiperinformación ni los llamamientos por todos los medios de comunicación. No nos mueven al cambio de comportamiento exigido. Tenemos que despertar la razón sensible y cordial. Superar la indiferencia y sentir con el corazón el dolor de los otros. Nadie está inmune al virus. Ricos y pobres tenemos que ser solidarios unos con otros, cuidarnos personalmente y cuidar de los otros y asumir una responsabilidad colectiva. No hay un puerto de salvación. O nos sentimos humanos, co-iguales en la misma Casa Común o nos hundiremos todos”.
¿Promuevo la razón sensible y cordial?
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@rodolfodiazf