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"Opinión"

"Raja política en tiempos del coronavirus"

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    ramirezleond@hotmail.com
    Facebook/ramirezleond

    “Los viejos enfermamos de pronto y al tercer día nos entierran”, decía mi abuela Raquel para que estuviera pendiente de ella. Morir sola le aterraba. Lo hizo el año pasado un 14 de marzo, con los suyos y en su casa, con una brillante lucidez a sus 93 años. La venció un cáncer fulminante.

    En ella pienso a propósito del coronavirus (Covid-19) que groseramente apareció el 31 de diciembre del año pasado, mientras el mundo brindaba por la llegada del Año Nuevo, en medio de los deseos de prosperidad y de abrazos tumultuosos. A la mañana siguiente, cuando despertamos, el virus estaba ahí, en Wuhan, China.

    El miedo, producto del desconocimiento científico, de la carencia de medicamentos para combatir esta virulenta enfermedad y de la propagación comunitaria, tiene al mundo entero en zozobra.

    Adultos mayores, mujeres embarazadas, niñas y niños menores de 5 años, personas que padecen enfermedades inmunodepresivas, crónicas, cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas, obesidad o sobrepeso, son considerados grupos de riesgo, incompatibles para llevar una vida socialmente normal, ya que puede costarles la vida.

    Sergio Ramírez, escritor galardonado con el Premio Cervantes 2017, escribió recientemente en El País “Esos molestos viejos vulnerables”, y afirma que “la pandemia hace que se establezcan nuevos parámetros para medir a los ancianos, que se convierten, de pronto, en una piedra en el zapato, porque son el segmento social más vulnerable al contagio”, lo que ha llevado a que algunos gobernantes se muevan en la despreciable lógica de sacrificar a la economía o a los viejos.

    No es la ley de la selección natural por sí misma la que despachará a los viejos y a las personas con alto riesgo, es, en parte, la corrupción de los gobernantes que durante décadas dejaron a la deriva al sistema de salud pública, lo que llevará años subsanar.

    La corrupción ha sido el coronavirus de la política neoliberal. No se entiende de otra manera el estado en que dejaron al sector salud: hospitales sin médicos, sin especialistas, con carencias de medicamento, camas y equipo médico adecuado, necesidades que el Presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que serían subsanadas, durante la gira que realizó por 80 hospitales rurales del país entre el 5 de julio y el 18 de octubre del 2019, antes del coronavirus, y que derivó en el aumento y reorientación del presupuesto al sector salud.

    Por su parte, la Cámara de Diputados y Senadores aprobaron la reforma al artículo 4° de la Constitución federal, proyecto votado y avalado por el Congreso del Estado de Sinaloa el pasado 1 de abril, el cual contempla el fortalecimiento de los servicios públicos de salud para atender a las personas sin seguridad social, así como el otorgamiento constitucional de recursos económicos a personas con discapacidad permanente, adultos mayores y estudiantes, lo cual representa un histórico avance en el reconocimiento de los derechos sociales que, sobra decir, es un elemento favorable para enfrentar la pandemia.

    Sin embargo, la más radical oposición política, esa que convirtió la salud y educación pública en una mercancía, fustiga al Presidente López Obrador, incluso, con fake news, dejando entrever que su verdadera pretensión es detener al Presidente, y no al coronavirus que amenaza al mundo entero.

    Son tiempos que exigen una fuerte dosis de unidad y generosidad, un pacto entre todas las fuerzas políticas. Levantar al país requiere de todos. Seamos los más sanos, jóvenes y fuertes, los que saquemos adelante la economía y las actividades esenciales. Como decía mi abuela y Sergio Ramírez: “que el amor se sienta con acciones” y por ahora, “los viejos a esconderse”.


    PERFIL
    Daniel Ramírez León

    Ciudadano de tiempo completo. Sindicalista y asesor político. Actualmente se desempeña como Director de Gestión y Vinculación Social del Congreso del Estado de Sinaloa.