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Ahí estaba la plana mayor en primera fila para repartir aplausos, Quirino triunfante en el redondel del palenque, con un discurso entusiasta, arengando con el costoso “Puro Sinaloa”. A pocos metros los titulares de las dependencias, secretarios de su gobierno, legisladores, alcaldes y alcaldesas, regidores, senadores de la República, amigos y enemigos.
Dijo lo que tenía que decir, los logros del gobierno que ciertamente no va mal, que camina y se sostiene en la medianía o la mediocridad, con aciertos y errores. Cifras y números de lo que se quiere contar; escuelas rehabilitadas, nuevos hospitales, inversión en el deporte, austeridad en el gasto público, transformación en el gobierno digital, sanción a funcionarios corruptos y un montón de logros que no cabrían en las 1,200 palabras de esta columna.
Ahí muy cerca estaba la titular del Sistema Estatal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes -SIPINNA-, Margarita Urías. Festiva, encomiando y vitoreando a su jefe. Ajena a los problemas de la infancia, distante de las víctimas, comiéndose un esquite con su plana mayor en la feria. “Personal de SE SIPINNA, presentes en el Tercer Informe de actividades del Gobernador Quirino, a seguir trabajando y construyendo el Sinaloa de mujeres, hombres, juventud, adolescencia y niñez #PuroSinaloa” publicó en sus redes sociales el día del informe.
Margarita es una funcionaria de pocos resultados que se enmudece ante el asesinato de menores y la violación de los derechos de los mismos, pero acude puntual a las citas donde se reúnen las burócratas de Sinaloa para reclamar a quienes cuestionan su mediocre desempeño. Ella era una de las que encabezó junto con Araceli Tirado el intento de cesura contra la Coordinación General del CESP, misma que terminaría en un amplio desplegado de respaldo a la única voz ciudadana en materia de seguridad que se tiene en el estado.
Según la Diputada Angélica Díaz del PAS, Sinaloa es una de las entidades en donde la violencia intrafamiliar cobra mayores víctimas mortales en materia de homicidio infantil, solo por debajo de Durango, Chihuahua, Tamaulipas y Guerrero. La violencia ejercida contra los menores es brutal, en Sinaloa los infanticidios y homicidios adolescentes van a la alza.
Hace unos días se cumplió un año de uno de los peores casos de abuso contra un menor en el sur de Sinaloa. Me refiero al caso de Josué, un pequeñito que fue abusado sexualmente y asesinado en Escuinapa, un caso de injusticia como tantos que sigue en absoluta impunidad legal.
“Guillermito” fue el último caso que escaló a noticias nacionales, un niño de Badiraguato que murió en el Hospital Pediátrico por los golpes sufridos en su hogar. Como es costumbre, la titular brilló por su ausencia. El Sistema Estatal de Protección opera con poco más de 16 millones de pesos al año. De aquí se pagan los sueldos, viáticos y comidas de la titular y resto de burócratas que están de adorno, que sirven para aplaudirle a Quirino pero no para más.
Según la Diputada Díaz Quiñonez, son 11 niños los que mueren al año en Sinaloa en condiciones de violencia propiciada por padres o familiares directos y muchos más en otros contextos. El Gobernador reconoció un repunte en la violencia intrafamiliar (origen principal de los homicidios de menores), también el aumento de los feminicidios y la violencia contra las mujeres. Si un Gobernador, el pleno informe, reconoce las cifras negativas lo mínimo que pueden hacer los titulares de las áreas en cuestión es renunciar por decencia. Que en el ejercicio del gobierno sirven más las manos resolviendo que aplaudiendo. Luego le seguimos...