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@rodolfodiazf
El Papa Francisco volvió a destacar el amor y preocupación que debemos tener por la preservación del planeta en que vivimos, al dar a conocer su última encíclica postsinodal titulada “Querida Amazonia”.
Si en la encíclica “Laudato si” subrayó la importancia de este tema, ahora lo retomó con mayor fuerza para analizar el papel que todos debemos jugar en la preservación de ese espacio específico vital.
“La Amazonia es una totalidad plurinacional interconectada, un gran bioma compartido por nueve países: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela y Guayana Francesa. No obstante, dirijo esta Exhortación a todo el mundo. Por un lado, lo hago para ayudar a despertar el afecto y la preocupación por esta tierra que es también ‘nuestra’ e invitarles a admirarla y a reconocerla como un misterio sagrado”, expresó.
Bergoglio resaltó que la Iglesia, para ser fiel a la misión que le confió su fundador, debe encarnarse profundamente en la realidad a la que sirve: “La predicación debe encarnarse, la espiritualidad debe encarnarse, las estructuras de la Iglesia deben encarnarse”.
A continuación, dio a conocer cuatro grandes sueños que la Amazonia le inspira:
“Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida.
“Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana.
“Sueño con una Amazonia que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas.
“Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonia, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos”.
¿Comparto los sueños: social, cultural, ecológico y eclesial?