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"OBSERVATORIO"

"Promesa incumplida agita al campo. Rescatar la palabra que se empeña"

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OBSERVATORIO

    alexsicairos@hotmail.com

     

    Pocas veces había ocurrido que un acuerdo presidencial relacionado con el precio de las cosechas de granos se les cayera tan rápido a los productores del campo, como sucede hoy cuando de la celebración de finales de marzo pasan a la decepción de principios de junio. Ayer los gritos de los maiceros y el rugido de los motores de sus máquinas se tornaron más dramático que de costumbre al concurrir la inconformidad de los labriegos con la crisis económica que enfrenta Sinaloa ante la indomable pandemia de la Covid-19.

    Sobra decir que de la esperanza por haber logrado una buena promesa de parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, los valles agrícolas involucionaron a la decepción propia de la expectativa desmoronada. Durante más de dos meses anduvieron con el ánimo en todo lo alto y al alba de 9 de junio alistaban sus tractores, trilladoras y camiones para dar parte de la incertidumbre a la cual nunca creyeron regresar.

    Los compromisos que se hacen, se cumplen, le quieren decir a López Obrador los que instigan la tierra para que no falten los alimentos en las despensas. Fueron casi 500 kilómetros de demandas intermitentes y un estimado de 2 mil 500 hombres del campo cuyas trilladoras dejaron de colectar el maíz, los tractores suspendieron los barbechos y camiones de carga llevaron cuesta arriba la desilusión.

    Es que el 25 de marzo el Mandatario federal dio a conocer que se les otorgarían apoyos a los medianos y grandes productores que se habían movilizado en demanda de que se les diera igual trato que a los pequeños cultivadores del grano, a quienes se les paga la tonelada a 5 mil 160 pesos. En refuerzo a la promesa de AMLO, Ignacio Ovalle Fernández, director del Organismo de Seguridad Alimentaria (Segalmex) precisó que el precio objetivo para los primeros sería de 4 mil 150 pesos por tonelada.

    Agradó la respuesta de López Obrador. El Gobernador Quirino Ordaz Coppel la calificó como reconocimiento a los productores sinaloenses y a la lucha que juntos encabezaron ante diferentes instancias federales durante muchos meses. “Le otorga una gran certidumbre a toda la agricultura comercial sinaloense”, consideró mientras a los liderazgos campesinos y de la agricultura a gran escala también les pareció acertada la decisión.

    Lo malo es que al paso de las semanas desvaneció la oferta de AMLO y eso acentuó la pérdida de confianza en las políticas federales para el campo. Segalmex publicó el 27 de abril el nuevo precio de referencia para maíz, de 3 mil 790 pesos con 31 centavos y un apoyo de 359 pesos con 69 centavos por tonelada que sumados dan los 4 mil 150 pesos. La realidad: no han podido vender hasta hoy ni a 4 mil pesos la tonelada.

    También existe el incumplimiento del precio comprometido para el trigo donde el Gobierno federal ofreció 5 mil 790 pesos por tonelada, pero a los productores le vienen quedando alrededor de 4 mil 600 pesos por tonelada, causándoles el enojo que los ha llevado a tomar las casetas de peaje.

    La toma de casetas por los trigueros, la manifestación que efectuaron los maiceros y aparte la inconformidad de los sectores comercio e industria porque les impiden reanudar operaciones al proseguir la alerta por coronavirus, le están acumulando presión a Sinaloa sobre todo en la coyuntura donde también el aguante social se agota. Eso de moverle la cama de enfermo a México cuando le duele todo el cuerpo no es buena ocurrencia.

    Tienen razón Faustino Hernández, dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias, al pedir que eviten añadirle más males al País de los que ya tiene. Bastantes complicaciones existen con el coronavirus como para que la administración pública federal incumpla tratos que hizo con los maiceros. Aparte la confrontación nacional, la de AMO contras todos, hace que la gente esté tan irritable que con cualquier chispa de tozudez podrían incendiarse regiones vitales para el correcto desempeño de México.

    Podría alegarse en defensa propia que los pequeños y grandes agricultores están en complot para echar a perder el gobierno amloísta. Ojo con los sesgos que le pretendan enjaretar a este conflicto que de no resolverse en términos adecuados podría trasladarse a las mesas de los mexicanos y entonces sí la crisis evolucionará a catástrofe.

    El Presidente López Obrador debe cuidar su palabra y las veces que la dé en garantía está obligado a rescatarla pues de lo contrario la investidura presidencial, bordada con los invisibles hilos de la esperanza, acabará en harapos y ello a nadie le conviene. El proceso democrático del 1 de julio de 2018 lo dotó de escudos de legitimidad a prueba de traiciones y engaños; se quedará desnudo si la sociedad le retira tan codiciados ropajes.

     

    Reverso

    ¿Será acaso otro matiz,
    De la transformación mexicana,
    Sustituir plantíos de maíz,
    Con sembradíos de mariguana?

     

    Llorar a carcajadas

    Andrés Manuel López Obrador libra todas las guerras políticas posibles pero no presenta batalla contra el coronavirus. Pobre México cuyo Mandatario estará entretenido ahora en desentrañar el supuesto Bloque Opositor Antiamlo, el nuevo enemigo imaginario que intenta debilitar al Presidente y a Morena. Lástima. Cuando el País lo requiere íntegro y más líder que nunca AMLO saca a relucir otro distractor para alimentar la fragmentación nacional y lo único que logra es que México suelte una sonora carcajada por tal ocurrencia mientras la Patria llora al mismo tiempo por el abandono en que está mientras el coronavirus se propaga y cobra un promedio de medio millar de vidas al día.