Editorial
A partir del domingo, Mazatlán será sede de la Serie del Caribe, en la que se prevén miles de visitantes para este encuentro tradicional del beisbol. Las autoridades y los organizadores decidieron seguir con el evento y los equipos y aficionados están listos para llegar al puerto.
La pandemia del Covid-19 ha trastocado muchas cosas, y en medio del riesgo que prevalece de resultar contagiado, se ha buscado que algunas actividades puedan vivirse bajo una nueva normalidad.
Y el beisbol, al menos en Sinaloa, así ha sido junto con otras actividades: se ha permitido el aforo a los estadios, con las medidas sanitarias de distanciamiento social, la verificación de las temperaturas y la aplicación de gel antibacterial.
No todos los años se tiene la oportunidad de ser sede de la Serie del Caribe y aún con el riesgo que aún prevalece, se decidió llevarlo a cabo. Con la llegada de equipos internacionales. Con la presencia de público. Con las medidas sanitarias.
Porque organizarlo implica tener la atención de los aficionados al beisbol. Y sabrán de Mazatlán, de los cambios que ha tenido, de lo atractivo que puede llegar a ser. Promoción y posicionamiento turístico, pues.
¿Hay en todo esto un riesgo? Sin duda que sí. La pandemia está en su nivel más alto de contagio y Sinaloa no ha estado exento de ello y las cifras dan muestra de ello.
¿Serán suficientes los operativos sanitarios? Eso estará por verse. Aunque han hecho un esfuerzo por establecer filtros sanitarios para medir temperaturas y detectar posibles contagios, aún es pronto para saberlo.
La apuesta por continuar con la organización de la Serie del Caribe es muy alta. No está exenta de posibles contagios. Pero es parte de la nueva normalidad. Las autoridades deberán estar atentas a los riesgos que esto representa. Los aficionados, a seguir las indicaciones y ser honestos con sus síntomas. Y la población, a seguirse cuidando.