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"Tierra Nuestra"

"Presiones sobre las industrias del plástico y alimentarias"

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TIERRA NUESTRA

    En el análisis de la agricultura de los países inciden tres aspectos de política estrechamente relacionados: las decisiones de política agrícola para mejorar el ingreso y el desempeño de la producción agrícola, forestal, pesquera y pecuaria; las decisiones de política alimentaria para aumentar el acceso a los alimentos y modificar los patrones de consumo en cierta dirección; y la política ambiental para conservar la base de recursos o reducir/eliminar las externalidades negativas, como la contaminación, por ejemplo. Por cierto, en México ha sido muy suelta la articulación de esos tres aspectos.

    La experiencia en economías avanzadas muestra que a medida que una sociedad aumenta su ingreso y logra cubrir necesidades básicas de alimentación los ciudadanos desplazan el foco de atención desde la producción hacia los otros aspectos.
    Se pasa desde la demanda de mayor oferta hacia la diversidad de lo que se consume y su calidad (aumenta la preocupación por acceder a bienes de otras latitudes y consumir bienes que no deterioren la salud); y hacia la forma en que se produce (toxicidad por uso de plaguicidas, orgánico o no, prohibición del trabajo infantil, trato humano a la fuerza de trabajo, buenas prácticas agrícolas, bienestar de los animales). Aumenta también la preocupación sobre los efectos de los procesos de producción sobre la sostenibilidad de los recursos (agua, tierra y riqueza biótica) y sobre sus efectos ambientales.
    En ese proceso hay un cambio significativo implícito: el aumento del ingreso desplaza la atención social hacia la calidad de vida (que tiene que ver más con la idea de desarrollo) mientras que disminuye la preocupación por el crecimiento económico (que implica mayor producción, pero también mayor presión sobre los recursos y un eventual deterioro ambiental). Es más importante mantener la calidad de vida y su mejora gradual que el aumento de la producción en sí misma.
    Las dinámicas arriba descritas finalmente se ven reflejadas en el diseño de políticas públicas, en las formas de regulación y, finalmente, en cambios en las industrias. Porque las políticas son en buena medida la vía para dar respuesta a nuevas demandas sociales, así como de ajuste a transformaciones en los valores sociales y en las culturas de consumo. Estos cambios no están exentos de conflictos y contradicciones, y son determinantes para el éxito/fracaso de las empresas.
    A los horticultores de Sinaloa lo antes enunciado les es familiar, pues al estar orientados hacia los mercados de exportación han tenido que aprender a ser flexibles para ajustarse a los cambios en los mercados de destino. Los ajustes no solamente han implicado atender a las señales de mercado sino también a las señales que provienen de las políticas de regulación, a consecuencia de las presiones ejercidas por consumidores, grupos ambientalistas y sus competidores. De hecho, han mostrado mayor capacidad y rapidez de ajuste que los productores estadounidenses mismos.
    Las anteriores reflexiones vienes al caso debido a la reciente emisión en la Ciudad de México de la Ley de Residuos Sólidos que restringe el empleo de plásticos de un único uso. Ya existe normas similares en un buen número de países europeos, pero en México recién se están introduciendo. La acumulación de desechos de plásticos no degradables ya es un gran problema y preocupa cada vez a mayor número de personas. Las redes sociales han sido particularmente efectivas en la divulgación del problema.
    Un efecto importante del debilitamiento de los partidos tradicionales es que ha reducido la capacidad de cabildeo de determinados grupos industriales, particularmente en la industria alimentaria. Durante mucho tiempo, dada su importancia en el empleo y su influencia política, disfrutaron de la protección de los gobiernos, pero esto está cambiando. De manera que entre más rápido se adopte un enfoque similar al de los horticultores de Sinaloa mejor.
    A medida que se desdibuja el rasgo corporativo de los partidos y estos adoptan un perfil más ciudadano para tener éxito político, es de esperar que aumente la influencia política de grupos de consumidores y ambientalistas, así como de ciudadanos comunes. Lo cual se verá reflejado en los congresos y en las decisiones de los gobiernos respecto a salud, ambiente y gestión de los recursos naturales. El proceso apenas inicia, y es de esperar que adquiera mayor fuerza, en especial si aumenta el ingreso de la población.