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"PUERTO VIEJO"

"Pero bueno..."

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    osunahi@hotmail.com

     

    No hay plazo que no se cumpla y el del todavía Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el millonario Donald Trump, está a punto de llegar a su final de forma desastrosa, pues su enfermizo ego lo llevó a provocar una revuelta en son de protesta por la derrota electoral que lo pondrá de patitas en la calle y con altas posibilidades de que sea sentado en el banquillo de los acusados, para que responda por las consecuencias de sus arrebatos ególatras y las trapacerías de sus negocios particulares.

    El Presidente número 45 de los Estados Unidos, ante los ojos del mundo, saldrá por la puerta de atrás de la icónica Casa Blanca como un rechazado por la democracia auténtica y por no pocas empresas e instituciones que lo han puesto en la lista de gente indeseable.

    El empresario neoyorquino es tendencia dentro del mundo noticioso a la par del bicho que nos vino a sumir en un ya largo estado de incertidumbre y del que los medios de comunicación, internacionales y nacionales, dan cuenta diaria y a cada momento, de su irrefrenable y perjudicial paso que continúa avanzando sin dar ninguna muestra de tendencia hacia la declinación; al contrario, parece que se fortalece con nuevas mutaciones, por lo cual, las noticias nos hablan de un panorama nada halagador respecto al rescate de los tiempos en los que la convivencia social y familiar ayudaban al crecimiento de los hijos, con una alta carga de identidad familiar.

    Tiempos en los que tocarse la cara, incurrir en un acto de amor o estrechar la mano del prójimo, no era considerado como un acto suicida, tal y como ahora sucede, a pesar de los presumidos avances de la ciencia y la tecnología, que por ahora, simplemente no han podido con un microrganismo que puede ser expulsado de nuestras manos con agua y jabón.

    Cierto, también hay noticias que alientan la posibilidad de entrar a escenarios más apropiados para el ser humano. Por ejemplo, está el tema de las vacunas, que si bien es cierto no son totalmente seguras, no dejan de abrir un hueco de esperanza, una amplia puerta para salir, de una buena vez por todas, de esta desesperante crisis sanitaria, cuyo paso demoledor, está acabando con millones de vidas y patrimonios, desgracias sobre las cuales, la industria farmacéutica y los inversionistas en el sector salud, junto con algunos médicos con sentido meramente mercantilista, se están metiendo en los bolsillos cifras asquerosamente altas.

    Por otra parte, a veces siento que estamos en un período de duro entrenamiento, tipo recluta militar, ya que de manera soslayada, llegan noticias de otros virus que están en posibilidades de desatar otras pandemias de alcances funestos.

    Ahora mismo, por ejemplo, se habla con cierto grado de inquietud de una enfermedad provocada por el virus bautizado como Nipah, la cual está presente en algunas comunidades del sur oriental, como Tailandia, Malasia, India, pero que puede salir de su territorio, vía movimiento turístico. Los afectados por la enfermedad del Nipah, pueden llegar a sufrir graves cuadros respiratorios, y en algunos casos, combinados con encefalitis.

    El Nipah (VNi) tiene como hospedero al murciélago frutero, cuyas heces, saliva y orina, contaminan comestibles que son ofertados en lugares en los que la convivencia entre los humanos y los voladores es muy marcada, tal y como sucede, por ejemplo, en los mercados públicos del trópico de Tailandia, país que está en el foco de los estudiosos de la Organización Mundial de la Salud, dado el importante carácter turístico que tiene, circunstancia que puede llevar al Nipah, a provocar una pandemia de efectos inimaginables.

    Pero bueno, no adelantemos vísperas y confiemos en que tal vez en un año más, logremos salir del mal que nos afecta; por lo pronto, el mundo ya descansa por la inminente salida del amenazante neoyorquino. ¡Buenos días!