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"ÉTHOS"

"Pensamiento crítico"

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    rfonseca@noroeste.com
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    Una de las finalidades primordiales de la enseñanza es la de propiciar el pensamiento crítico de los alumnos. Anteriormente, la premisa fundamental consistía en sujetarse a repetir lo que había dicho el maestro como si fuera la máxima autoridad (non plus ultra). Por eso, la fórmula tradicional que se utilizaba era “magister dixit” (como dijo el maestro), y se citaban de memoria párrafos de determinados autores para corroborar la tesis sustentada.

    Hoy, por el contrario, lo recomendable es enseñar a pensar a los alumnos por sí mismos, compartirles herramientas que les permitan elaborar con creatividad los propios castillos de su construcción. No sirve de nada alimentar sus cerebros con doctrinas aprendidas de memoria si no saben argumentar, discernir una información y desenmascarar los errores o falsas afirmaciones, sobre todo en estos momentos en que se nos “infoxica” con un exceso de información que no se alcanza a digerir.

    Más que inhibir la participación de los estudiantes, hay que alentarlos a pensar, conceptualizar, analizar, sintetizar, debatir, evaluar y exponer sus propios razonamientos y conclusiones. El alumno debe ser el principal protagonista de su propia formación, el maestro es simplemente un promotor o facilitador para que el alumno norme su propio criterio teniendo, en la medida de lo posible, una base sólida.

    Su criterio será el que le permita juzgar y enfrentarse a las diferentes crisis que sobrevendrán en los diferentes aspectos de su vida, ya sean personales, familiares, laborales o sociales.

    En otras palabras, el estudiante podrá forjarse su propia opinión, ya que ha puesto en una balanza los pros y contras de un determinado tema para ver cuáles tienen mayor peso, porque en la vida cotidiana existen muchas afirmaciones que sin analizarse adecuadamente se conceden por verdaderas e irrenunciables.

    ¿Estimulo la formación de un pensamiento crítico?