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"Opinión"

"Olvidados"

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    lqteran@yahoo.com.mx


    Se denuncian irregularidades en cascada en la elección del domingo antepasado, en las entidades de Coahuila e Hidalgo. La euforia a los prianistas les va a durar muy poco, pues pronto se van a encontrar con la realidad de la elección del 2021, donde van a conocer el verdadero sentir de los ciudadanos de este País.


    Aquí, en Sinaloa, los electores van a hacer morder el polvo a los opositores, pese a que un sector de militantes de Morena rechaza una alianza con gente sin principios, que lejos de sumar votos se los restaría y desfiguraría su imagen de alternativa de cambio verdadero, en sus aspiraciones, al candidato puntero a la Gubernatura del estado; fuera de esa mácula, el candidato a la Gubernatura de Sinaloa que designe Morena va a arrollar el 1 de julio próximo.


    Les sugerimos a los nostálgicos del pasado ser más ecuánimes y no aferrarse a las recetas económicas del Banco Interamericano de Desarrollo, y como muestra está la ineficacia de sus predicciones en el destino de los megaproyectos del gobierno de la Cuarta Transformación, los cuales según esos analistas nacionales y extranjeros opositores, algunos ni siquiera los iba a poder iniciar, ya fuera por las condiciones de la economía nacional o situaciones de ingobernabilidad que supuestamente tendría el actual gobierno.


    Les informamos a los nostálgicos que no solamente marchan esos proyectos viento en popa, sino que el Gobierno ha sumado otros más, de igual trascendencia, para detonar el desarrollo del país, de manera ascendente.


    Estamos hablando de hechos no de promesas, como se procedía en el pasado régimen, cuya costumbre bien sabida era la de ofrecer, pero jamás cumplir. Un ejemplo patético son los más de 70 hospitales que dejó el antiguo régimen en obra negra, incluso algunos hasta se inauguraron con bombo y platillo en los pasados gobiernos, pero nunca funcionaron, porque les faltaban partes o equipo para su funcionamiento.


    A ese nivel de irresponsabilidad llegaron los gobiernos del prian; ante esa realidad que señalamos es penoso constatar que haya personas que piensen en su regreso al poder; después de tantos estropicios y corrupción propiciada a raudales, dejaron una huella indeleble en la mente de los ciudadanos que no olvidarán.


    Se llegó a decir en la cúpula del Poder Ejecutivo que la corrupción era parte de la cultura de los mexicanos. Increíble, pero así sucedió. ¿Quién dijo esa barrabasada, cuando gobernaba? Los ciudadanos tienen la respuesta exacta. Por eso, a veces resulta aburrido referirnos a los denuestos que deletrean un día tras otro también los opositores al gobierno de la cuarta transformación, porque en su mayor parte esparcen mucho rencor para defender sus puntos de vista; incluso se salen de la más elemental lógica, no recurren a las ideas políticas como base de su discurso.


    Es tal el grado de desesperación de algunos de esos críticos, que pierden toda cordura y asumen una actitud visceral en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador. Éste, con paciencia y convicciones democráticas, remarca reiteradamente que en su gobierno se garantiza la libertad de expresión y la disidencia. Esto incluso cuando algunos grupos y personas realizan actos con toda la intención de buscar provocar al gobierno, para que haya represión y luego aparecer como víctimas, eso se nota a leguas.


    El Presidente entiende bien el enojo de algunos que tenían patente de corso para hacer y deshacer con el patrimonio de todos los mexicanos, que usufructuaban en su rapaz beneficio los frutos de la Constitución y saqueaban los bienes nacionales; y se resisten a reconocer que el país está cambiando, acorde a lo marcado en la elección del 1 de julio del 2018, y que la transformación del país no se detendrá hasta concretarse en una realidad tangible.


    Por fortuna, el Presidente está blindado contra esos provocadores de pacotilla y, con la experiencia que lo caracteriza, tiene demasiadas tablas para saber eludir las provocaciones que a diario se suscitan en el ámbito del País; aparte, cuenta un equipo que le acompaña y que está a la altura de las circunstancias que el País requiere para la consolidación de sus programas de gobierno en bien de la gente humilde, los vilipendiados, los olvidados.