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Para no fallarle, el “cínico” ataca de nuevo en medios al Observatorio Ciudadano de Mazatlán (OCM) y al Lobo que le Aúlla por las noches, o sea yo.
Pero lo hace a su manera, mintiendo, con el hígado, frustrado, con rencor y … con miedo.
Sí, mucho miedo, tanto que no se atreve a decir mi nombre públicamente, porque sabe muy bien lo que le pasará en tribunales.
Dijera mi abuela: “Los chingadazos son educativos”, y los que le he puesto al Químico en los tribunales lo han educado muy bien. Ya no se atreve a decir mi nombre.
Para la información de este mequetrefe de Alcalde que tenemos que soportar, no fui destituido de la Barra de Abogados que menciona. Yo renuncie antes de que emitieran cualquier decisión.
Además, su servidor y las personas que presentaron la queja y a las que de alguna manera se refiere en sus declaraciones, llegamos a acuerdos satisfactorios para ambas partes, dando solución final, definitiva y en buenos términos a los conflictos originados.
Lo que no dice el “cínico”, es que en el asunto que ventila estúpidamente y sin conocimiento de causa, el juez penal decidió desde hace mucho que no existía delito alguno. Esa decisión ya es definitiva.
Le arde al Alcalde que el OCM este cuestionando los actos ilegales y corruptos que lleva a cabo, gastando el dinero público violando el artículo 134 de la Constitución General (CPEUM).
El OCM no se opone a que se haga gasto público. Esa idea solo esta anidada en la mente enferma del Químico. A lo que el OCM se opone es a que el gasto público se haga sin control, sin transparencia y a capricho del Alcalde.
Para gastar dinero público, deben cumplirse los requisitos que exige el artículo 134 de la CPEUM. El gasto en el Pingüinario no los cumple. Por eso el OCM lo está cuestionando. Así de sencillo.
El OCM aplaude todo gasto público que cumpla con los requisitos del artículo 134 de la CPEUM, pero rechaza y combatirá todo el que no respete esa norma.
Si al Alcalde no le gusta que el OCM o cualquier otro ciudadano u organización ciudadana, ponga en tela de duda el uso del dinero público, la tiene fácil. Que deje de andar gastando irregularmente y respete la ley.
“El Químico” no entiende o no le conviene entender, que no es su dinero el que está gastando y que por lo tanto no lo puede tirar a su antojo.
Le molesta que se le ataque por varios frentes legales. Debería verse al espejo y molestarse con él mismo, con sus asesores “políticos” y con sus abogados, porque se ha puesto, lo han puesto y lo seguirán poniendo de pechito.
Químico, entiende bien (si puedes), yo me dedico a litigar, a pelear en tribunales y, modestia aparte, soy muy pero muy bueno y, además, ¡me encanta! (deberías preguntar o a estas alturas seguro ya lo sabes).
Con mucho gusto te llevaré a tribunales en cada oportunidad que me des. Pero ya que en esas andamos, y para que se ponga más sabrosa la cosa, primero atrévete a decir mi nombre públicamente.