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Primero sonó como rumor, en enero de 2017 le tomaron protesta. Francisco Vega Meza fue nombrado por el Gobernador como titular del Instituto de Protección Civil en Sinaloa. Las dudas sobre su capacidad y críticas a su persona no se hicieron esperar; “otro más que va buscando hueso”, “nada sabe ese hombre de protección civil”, “una cuota más para los cuates”, eran expresiones recurrentes entre reporteros y columnistas de opinión. Adelantaron juicios.
Llegó a trabajar, armó su equipo y comenzó de cero. En tres meses ya controlaba la dependencia de cabo a rabo; no es fácil romper con las inercias de la burocracia, pero Paco convenciendo o imponiendo hizo que en las primeras lluvias los hombres de amarillo se vieran por todos lados. Para la temporada de huracanes él era el hombre del estado del tiempo, atentos, alumnos y maestros, a las indicaciones de Protección Civil, tenía la varita mágica para suspender las clases.
Los críticos seguían tomando la pluma, pero cada vez ponían menos adjetivos. Paco en lo de él, trabajando en incendios de la mano con Bomberos de todo el estado. Crecientes de ríos, inundaciones, deslaves carreteros. De pronto estaba en Mochis supervisando un derrame de amoniaco y en unas horas en Mazatlán verificando los accesos y salidas de emergencias del estadio de beisbol. De pronto la prensa lo comenzó a seguir, le tomaron simpatía por el notorio esfuerzo.
Un día llegué al Palacio de Gobierno para realizar un trámite y de pronto sonaron las alarmas, cascos azules y chalecos fosforescentes comandaban la salida de funcionarios, burócratas y usuarios que desalojaban ordenadamente siguiendo unas flechas verdes en paredes y escaleras. Paco en el centro del Palacio con un cronómetro de mano y un silbato, tomaba el tiempo y coordinaba el simulacro de evacuación. El manual decía 4 y él lo quería lograr en 3.5, medio minuto es la diferencia entre víctimas o sobrevivientes.
En 2019 el Gobernador mandó camionetas amarillas 4x4 a todo Sinaloa, venían con una mezcla de recursos federales y estatales. El titular se fue a entregarlas personalmente, un Alcalde del norte del estado me comentó en un desayuno: “Vino a dejarnos las camionetas y asegurarse que no se fueran a otro lado, yo quería una para seguridad pública, pero la sentenciaron, son de PC y ni modo, mano, más vale que luego me la quitan”.
Al tiempo llegó el Covid-19 y muchos corrieron a sus casas, en Culiacán, Mazatlán y Ahome varios funcionarios pusieron “pies en polvorosa”, de pronto Paco y los brigadistas amarillos tomaron funciones que no les correspondían pero nadie las quería hacer. Limpiaban mercados, sanitizaban locales, vigilaban antros y tugurios en la noche, cerraban comercios aglomerados, patrullaban centros comerciales, expendios en la ley seca que negaban a ponerse en confinamiento.
El Gobernador pronto lo tomó como su hombre de confianza, el operativo que resuelve, el comodín de la baraja. Jalaba orejas, pero no dejaba de ayudar, su dinamismo contrastaba con la lentitud y parsimonia de varios funcionarios comenzando por el Secretario de Salud, uno daba resultados plausibles y al otro le sobraban los pretextos.
A finales de abril lo alcanzó el Covid-19, y ahí no hubo un solo reportero o columnista que le menospreciara elogios. Torero cornado en la Real Maestranza, poniendo el pecho en lidia, “ajuntaito” al toro. En la cuarentena se terminó de ganar la admiración de sus críticos y no dejó duda sobre su trabajo. Salió y a seguirle dando, hay cosas que simplemente no podían parar.
En una reunión el sábado pasado, varios líderes camarales estaban hablando de él, que iba a dar un informe en estos días, que querían felicitarlo. La verdad que no leí el boletín, ni supe qué día de la semana fue su informe, pero decidí escribir sobre lo que recuerdo de su trabajo en estos meses. Porque, así como esta pluma es puntiaguda para criticar a los buenos para nada, hace lo propio cuando alguien cumple cabalmente con su responsabilidad, los “correctazos” dicen que uno no debe elogiar funcionarios, que para eso se les paga. Más seriedad, señores, ese mentado Paco ha salvado más de una vida. Luego le seguimos...