"Meché Murillo: justicia a la trinchera cívica. Brilla junto a Norma Corona y Jorge Aguirre"
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En la misma senda de reivindicar ante la memoria social a las mujeres que han dado todo por imponer los derechos y libertades de los débiles por encima de la fuerza y el autoritarismo de los poderosos, Mercedes Murillo Monge honra el galardón Norma Corona Sapién del cual el Congreso del Estado la consideró merecedora. Ella, comprometida con la lucha cívica, es la semilla puesta en el campo hoy fértil donde brotan movimientos auténticos en defensa de las garantías individuales y colectivas.
Este es un triunfo de la resistencia a que la justicia sea violentada todos los días. Es el rescate de una trayectoria que es patrimonio de Sinaloa. El escarmiento a los prepotentes y tiranos que se la pasan matando al constitucionalismo. Es evidencia irrefutable de que nunca se han ido Jorge Aguirre Meza, Jesús Michel Jacobo, Sandra Luz Hernández, entre otros mártires del ombudsman local. Es, ante todo, el último hálito de las víctimas que no lo pudieron tener al ser sometidas por sus victimarios.
Cuatro décadas dedicadas por Murillo Monge a defender los derechos humanos no tendrían por qué olvidarse. Ahí están sus pisadas todavía visibles en los tribunales, cárceles, mítines, colonias, comunidades, separos policiacos y movimientos sociales. Desde la tercera parte del Siglo 20 tendríamos que seguir sus huellas, hasta llegar al próximo 10 de marzo cuando acudirá al recinto parlamentario a ser homenajeada.
Para entender los motivos de la 63 Legislatura se debe conocer la trayectoria de la Meché que dejó todas las comodidades posibles al irse a las trincheras cívicas como una guerrera de tiempo completo. Resulta necesario referenciarla íntegra, plantada en la tierra bárbara donde los once ríos eran insuficientes para lavar la sangre inocente derramada. La Operación Cóndor, los gobiernos priistas arbitrarios, la tortura como método de investigación de policías y fiscales, la fuerza se seguridad pública represora, arrastrando a los más vulnerables en la vorágine de la bestialidad.
En julio de 2018, cedió la suplencia a una diputación federal que la pudo llevar a una curul en el Congreso de la Unión, con la cual Andrés Manuel López Obrador, quien en esa misma elección obtuvo la Presidencia de la República, reconocía a la luchadora social. Inclusive se tornó una voz crítica contra la improvisación y disparates de políticos adheridos a la llamada Cuarta Transformación.
Y continuó ahí, en medio del extravío total del precepto legal, levantando la espada de la ley, alzando la voz rebelde y metiendo a los medios de comunicación en la dinámica de exponer los excesos del poder, el fáctico y del legítimamente instalado. ¿Cuántas veces estuvo su vida en peligro? Cada vez que libró batallas. ¿Cuándo renunció por miedo a la misión de levantar a los caídos? Nunca mientras quedara un ciudadano de bien derrumbado.
Mercedes Murillo Monge y Norma Corona Sapién son la simbiosis perfecta para resaltar la valentía de las mujeres sinaloenses ante el arbitrario proceder de los gobernantes, las instituciones o la delincuencia. Norma, a 30 años de su muerte que se cumplen el 21 de mayo, sigue viva a través del ejemplo de las luchadoras como Meché. Las dos han logrado que el plomo jamás pueda destruir a las gladiadoras de bronce.
Ambas, Meché y Norma, son el símbolo del ímpetu femenil por rescatar a la sociedad de los verdugos y agravios interminables. Por las rastreadoras que nunca desfallecerán en la búsqueda de sus hijos, por el ejército de mujeres que se levantan contra la impunidad en feminicidios, por las madres desplazadas por la violencia que lo único que piden es salvar a sus familias y por las que viven la tragedia de la violencia que mutila los hogares sea bienvenida la deliberación del Jurado Calificador para decidir quién es la primera ganadora de este Premio Medalla de Honor.
Por estas y muchas razones Sinaloa no puede darle vuelta a la página donde quedaron inscritas las hazañas cívicas de sus luchadoras sociales. Al contrario, al entrar Mercedes Murillo al Congreso que enaltece su cometido caerán todos los velos que estorban para que las nuevas generaciones sepan que el actual marco de libertades no emergió por espontaneidad. Fue porque hubo damas que marcharon al frente de los regimientos cívicos.
Irán al lado de ella los indígenas avasallados por los caciques, los que tuvieron que pagar en prisión sin haber cometido los delitos, doña Chuyita Caldera de Barrón y el movimiento de madres con hijos desaparecidos en la guerra sucia, el locatario desposeído de su vendimia en la vía pública, el empobrecido jefe de familia que acabó siendo devorado por la banca usurera y es muy posible que la acompañe simbólicamente todo un pueblo que en las peores desgracias tuvo en Mercedes Murillo Monge a una incondicional defensora social.
Reverso
Mercedes, al fin esta tierra,
Está frente a tu legado,
Coronándote en la guerra,
Por batallas que has ganado,
Desde la costa a la sierra.
Apetitos y apostolados
Entre apetencias inconmensurables de poder sustentadas en trayectorias grises, pero también con buenos perfiles y vocaciones probadas de proyectos de vida en pro de los derechos civiles, tendrá que elegir el Congreso del Estado la terna para nueva directora del Instituto Sinaloense de las Mujeres. El alto número de aspirantes registrado ayer significa que el buen juicio de la 63 Legislatura está a prueba porque algunas pretensas son más de temer que el coronavirus mismo.