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"Malecón de Mazatlán"

"Los enroques"

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MALECÓN
05/07/2017

    Las diferencias entre Blanca Sánchez Quevedo, ex directora de Bienestar Social con el Alcalde, Fernando Pucheta Sánchez, propiciaron cambios en la Comuna, esto luego de que el priista le exigió cuentas por qué no han aplicado los 50 millones de pesos del programa FAISM, para zonas de alta marginación. 
    El disgusto ocurrió el fin de semana y el lunes pasado, Blanca estuvo a punto de la renuncia, pero el Alcalde y líderes priistas le habrían pedido que considerara.
    La realidad es que en el PRI no les conviene la salida de Blanca porque su trabajo más que encargada de los programas sociales es ser la operadora política para la reelección de Pucheta Sánchez.
    Al final del día se quedó, pero el Alcalde ayer anunció que pasará a otra área, eso sí, en su lugar tenía que dejar a otro operador de confianza, y nombró a René Martínez, ex director de Atención Ciudadana, brazo derecho de la Diputada Maribel Chollet Morán.
    El caso es que Blanca ocupará el lugar de René y éste el lugar de ella, en Bienestar Social. 
    Al final dos operadores políticos siguen al frente de los grupos sociales y del reparto de ayudas con programas federales, así el escenario desde ahí orquestarán a favor de Pucheta y de Chollet Morán.
     
    El ‘brujo’
    El que sigue con sarcasmo y desplantes a la prensa es el Alcalde Fernando Pucheta Sánchez, el mismo estilo desde que inició su Gobierno. 
    Ayer evitó opinar sobre la inseguridad en Villa Unión, pero no de buena manera.
    “No sé, ni que fuera brujo’, así respondió cuando se le cuestionó por las acciones como Gobierno en esta sindicatura que ha sumado, en su administración, alrededor de 40 homicidios de alto impacto.
    Eso no fue todo, el Alcalde se encaminó a la camioneta oficial que lo transporta, se río, y luego gritó a la prensa: “Me voy a comprar una bolita mágica”, y se mofó de los reporteros.
    La semana pasada, el Alcalde se burló de las preguntas de otros periodistas y en su discurso mantiene indirectas a los reporteros. 
    Esta es otra de las situaciones que a su equipo de comunicación le ha pasado de noche.
    ¿Cuándo entenderá el Alcalde que es un empleado de los mazatlecos?
    Seguramente cuando comience su próxima campaña electoral.
     
    Pocas obras, muchas obras
    El tema le resulta hasta triste al resto de los alcaldes de Sinaloa; las obras públicas no serán su fuerte en una posible campaña, si es que se animan a seguir luchando por el poder en sus feudos.
    En cambio, Fernando Pucheta, con todo y sus problemas, su pleito con los medios y su gusto por dejarse grabar cuando está diciendo disparates, se afianza como un Alcalde constructor, con todo y las molestias que provoca.
    A Pucheta nadie lo puede criticar por “montarse a la ola” de obra pública que ha creado el Gobernador Quirino Ordaz Coppel, mal haría en no aprovecharlo.
    No podemos decir que los otros alcaldes le caigan gordos al Gobernador, es simplemente una cuestión de tradición: cada Gobernador ve por su rancho.
    Fuera de la remodelación del malecón mazatleco, que fue licitada por el Ayuntamiento local; el Gobierno del Estado encabeza la reconstrucción de las calles del Centro Histórico del puerto.
    A esto habrá que sumarle la remodelación del estadio de beisbol, la construcción de un estadio de futbol profesional, el empastado de campos deportivos y la pavimentación de varias calles.
    El chiste es, como dijo alguien en algún comentario en redes sociales: “Pa’ que vean lo que se siente”.
     
    Pura negatividad
    Para las autoridades, al parecer los casi 900 homicidios no son nada comparados con los del inicio del sexenio de Mario López Valdez, ya que la insistencia es la misma, a tono con el discurso del Gobernador: los ciudadanos tienen una mala percepción sobre el clima de seguridad en la entidad.
    En una reunión con mujeres empresarias, la Vicefiscal general de Justicia del Estado, Nuria Alejandra González Elizalde; el Subsecretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo, y el Secretario de Seguridad Pública Municipal, Óscar Guinto Marmolejo, coincidieron en que las cifras en delitos de alto impacto con las que comienza la actual administración van en descenso con respecto a años anteriores.
    Y salen con lo de la “calada”, esa frase acuñada en el pasado, la de “nos están calando”.
    “Este es un escenario que, creemos que en el entorno político, la transición de gobierno siempre genera expectativas de la delincuencia, o lo que le llaman algunos ‘la calada’”, dice la Vicefiscal, Nuria González.
    Pues ya como que para “calada” es mucho, porque si a los homicidios les sumamos los desaparecidos y los asesinatos que no entran en la categoría de homicidios, sino en gente abatida por las corporaciones, la cifra superaría al de un Estado en guerra.
     
    ¿Y la justicia?
    El círculo de la justicia se cierra alrededor de ex gobernadores como los de Veracruz, Chihuahua y hasta Coahuila.
    ¿Y aquí? ¿cuándo?