"Las tentaciones del PAN en Sinaloa. Entre el PRI, Torres y México Libre"
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Sin que la derrota sea necesariamente la mala estrella que lo ha de seguir en cada proceso comicial, la elección de 2021 calará otra vez la capacidad, mejor dicho la voluntad, que muestre el Partido Acción Nacional para recuperar la posición de fuerza política importante que tuvo en Sinaloa hace una década. Asediado de nuevo por la dispersión e imposibilitado a presentar en las urnas una opción propia que sea rentable, depende de qué asideros tome o suelte para contar con puentes que lo comuniquen con los buenos tiempos idos.
En 2010 por ganar un proceso electoral perdió al partido. En 2021 no por recuperar al partido debe lanzarse al voladero del descrédito ni pactar con grupos e intereses que lo lleven a los más hondo del abismo programático, ideológico y aspiracional en que está, a la vez que se le desprenden segmentos que se van porque dejó se significarles el trampolín para acceder a cargos públicos.
Ante amagos de desbandadas en el norte del estado, con Miguel Ángel Camacho al frente, y en el sur liderando Martín Heredia las deserciones, a Juan Carlos Estrada Vega le quedan las opciones de alianzas que se construyen desde el ámbito nacional y las que se negocian en el contexto local, muy posiblemente en un bloque en el que irían también los partidos Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.
Hay algunas cosas que ya pueden darse por hecho. La principal es que al aislarse de cualquiera de las dos grandes coaliciones electorales que se fraguan para competir por la Gubernatura es seguro que el PAN baje en la escala estatal de la correlación de fuerzas políticas, ascendiendo del tercer lugar que ocupa actualmente (con datos de la elección de Gobernador de 2016) al cuarto o quinto después de la elección intermedia en curso.
Otra verdad de a libra es que por sí solo está imposibilitado a construir una fórmula ganadora. Sí tiene buenos perfiles como Heriberto Félix Guerra, Juan Pablo Castañón, Adolfo Rojo, Alejandro Higuera y Carlos Castaños, entre otros, pero ninguno de ellos haría mella en el encontronazo que habrá en las casillas dentro de 192 días entre el PRI y PAN más los aliados. Dejó enflacar tanto la “caballada” y la “cuadra” es tan raquítica que ni caso tiene prestarse a ser risión en el hipódromo sucesorio.
Tampoco le conviene a Acción Nacional guarecerse de manera desesperada bajo la candidatura de Sergio Torres Félix en Movimiento Ciudadano. Menos si los planes de Marko Cortés Mendoza consisten en reforzar al albiazul con miras a la elección presidencial de 2024, ganando ahora los más votos que pueda en los estados, así tenga que pactar con siglas que harán mixturas políticas parecidas al agua con aceite.
Juan Carlos Estrada, quien lleva la batuta del PAN en Sinaloa, ha adelantado las negociaciones de posibles candidaturas en mancuerna con el partido sin registro México Libre, el primo hermano del PAN que trae implícito el creciente deterioro de figuras como Felipe Calderón Hinojosa y Margarita Zavala. Ha de tratarse de un plan “C” o “D” porque él sabe que desde el liderazgo panista nacional, el tercer piso de la unidad administrativa estatal y el CDE del PRI se proyectan cosas distintas.
De hecho el PAN tiene la tarea impostergable en Sinaloa de evitar la huida de militantes y adherentes que actúan como cualquier inminente náufrago cuando ve que el barco está por hundirse todo. Hay panistas que ahora voltean a los lados queriendo identificar algún rescoldo del poder que se repartirá en unos meses y otros, muy pocos, abrieron un compás de espera para conocer la estrategia de Acción Nacional frente a 2021.
Tal parece que, bochornos aparte, el mejor escenario para el PAN en Sinaloa es ir junto al PRI a las votaciones para Gobernador, alcaldes y diputados federales y locales. Los dos partidos se necesitan porque al tricolor le urge la alianza apantallante y rentable que le aporte la factibilidad de derrotar a Morena, y al blanquiazul le vendrían bien unas dos o tres presidenciales municipales, secretarías en el próximo gobierno y curules en el Congreso del Estado. ¿A quién le dan PAN que llore, o quien comerá PRI sin hacer gestos?
La cuenta regresiva está corriendo. Si bien tiene razón Juan Carlos Estrada en que de tiempo completo se está trabajando en la decisión a tomar, también es verdad que otros partidos o personajes con poder intentan el “madruguete” aliancista con el PRI y están pidiendo buenas tajadas del pastel electoral como si en realidad contaran con los votos que afirman cautivos. Y sin duda el PAN tiene mucho más que ofrecer que dichos aprontados.
Reverso
Que le copien el proceso,
A los maderos de San Juan:
Ofrezcan PAN, pidan hueso,
¡Pero tomen lo que les dan!
Con un pie afuera
La peleada Alcaldía de Culiacán como plan “B” para aquellos que no logren la candidatura del PRI a Gobernador ya le está haciendo ruido al actual Diputado Faustino Hernández porque en una oreja le habla el ángel de la lealtad priista que le dice esperar a que se defina la designación, y en la otra le susurra el diablo de la traición que lo incita a aceptar la postulación por Movimiento Ciudadano porque no se la guardarán por mucho tiempo. La pregunta es ¿cuántos cuadros del tricolor están esperando que el partido les cierre las puertas para irse a refugiar con sus lloriqueos a MC? Váyanse comprando un ábaco.
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