En la Universidad Autónoma de Sinaloa hay algunas piezas perdidas y no precisamente hablando de política.
Se trata de piezas arqueológicas que estaban en resguardo en distintas oficinas de la UAS y que varias de ellas no aparecen.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia sabía que en distintos inmuebles había piezas arqueológicas. Muchas de ellas son piezas quebradas o pequeños fragmentos de objetos que no sobrevivieron. El INAH logró contar alrededor de 600 piezas.
En este tránsito de registro desaparecieron algunos de estos objetos arqueológicos. Unos dicen que 600, otros dicen que son 80 las piezas perdidas. Pero las que sea, la Fiscalía General de la República investiga el caso y ya hasta el Rector Juan Eulogio Guerra Liera ha sido llamado a declarar, así como otros funcionarios y trabajadores uaseños.
Vizcarra despierta pasiones
Parece que son más los fans que quieren que Jesús Vizcarra Calderón sea el nuevo Gobernador de Sinaloa que los deseos del propio empresario de la carne.
Aunque él ha dado señales de que está más cómodo tras bambalinas y quienes lo conocen dicen que no pasa por su cabeza ser candidato de nuevo, la reciente aparición pública del ex Alcalde de Culiacán de nuevo despertó suspiros... y especulaciones.
El sábado, Vizcarra fue anunciado como presidente del Consejo de Vinculación de la Universidad Autónoma de Sinaloa y fue el Rector Juan Eulogio Guerra Liera quien hizo el anuncio.
El especulómetro llegó a niveles rojos de tanta actividad que tuvo. Hasta humo expidió.
Claro, los tiempos se prestan para especular. El 31 de mayo, cuando se cumple la mitad de la administración de Quirino Ordaz Coppel, inicia la carrera para definir candidatos. El propio Gobernador ya hace lo propio moviendo a sus cuadros para que sumen canicas.
Pero Vizcarra no quiere ser candidato, por lo menos no para perder de nuevo. Quizá ya hasta le aburra que cada vez que asoma la cabeza el especulómetro dice lo mismo: que será el candidato del PRI a Gobernador, afirmación que más bien parece proyección de los deseos de algunos.
“Chimoltrufio” Estrada Ferreiro
El Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, se puso ayer ad doc con el programa Limpiemos Nuestro México y se aventó a limpiar una de las calles de Infonavit Cañadas.
Como que el Alcalde no iba muy preparado, traía unos mocasines muy bonitos y lustrados, mismos que al ver que se le ensuciarían se los quitó y los cambió por calzado deportivo.
Con escoba en mano, el morenista arengaba a los que pasaban a sumarse a limpiar. Vio a un reportero y le dijo, “órale, cabrón” obvio, en tono bromista, dio una sonrisita, y siguió en su labor altruista del día.
Mientras barría, el Alcalde echaba culpas a todo el mundo de la suciedad del sector, “mira, mira, tómale aquí”, decía a los medios para que vieran la suciedad de las casas.
Estaba muy molesto porque decía que limpiar los patios de las casas es trabajo de la gente que vive ahí, no del Ayuntamiento.
Rehabilitación
bajo la lupa
En ocasiones es necesaria una tragedia para voltear a ver las cosas y resolverlas, de una vez por todas.
En esta ocasión, el motín en un centro de rehabilitación de Mazatlán puso el tema en el candelero y provocó que la opinión pública volteara a ver un problema que ha ido creciendo, sin el respaldo de una regulación y supervisión efectiva.
Los centros de rehabilitación para personas con problemas de adicción a las drogas han proliferado por todo el territorio nacional, hoy en día no existe una sola comunidad importante sin uno o varios de estos centros.
Su proliferación va de la mano del crecimiento del narcotráfico en el País y sus efectos colaterales.
Y los hay de todos colores y sabores, los privados casi con helipuerto y alberca, hasta unos pequeños donde el hacinamiento, el hambre y los abusos son el pan de cada día.
Los hay gratuitos, baratos, caros y hasta los que cobran miles de pesos diarios, la carta es variada y gigantesca.
Se supone que todos son supervisados y deben de operar bajo criterios mínimos estandarizados, pero no nos hagamos, se necesitaría un ejército de supervisores para conocer lo que pasa en cada uno de estos centros.
Hay ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez o Reynosa, donde se han convertido en campos de guerra, o en semilleros de delincuentes que pasan a engrosar las filas de sicarios en los cárteles.
Hay otros que se han hecho famosos por maltratar a sus internos, encerrados durante meses y tratados como delincuentes.
En otros el negocio es lo único que importa, enviando a los internos a pedir limosna en las calles, con el pretexto de necesitar recursos para seguir operando.
Esto es el lado malo, el bueno es que muchos de ellos son la única y última frontera contra las adicciones, los únicos lugares capaces de rehabilitar a un adicto, en suma: los necesitamos.
Así que es momento de regularlos, apoyarlos y supervisarlos.
La suciedad
de la basura
En nuestro País hasta en la recolección de la basura hay corrupción, aún y cuando el Alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, solo les llame “desleales” a los trabajadores de limpia que prefieren abandonar sus rutas para ir a recoger la basura de comercios.
¿Por qué lo hacen? Simple y sencillamente por dinero, consiguiendo dos sueldos, el que les pagan por las rutas que abandonan y el que recogen en forma de propina de los comercios, eso finalmente es otra forma de corrupción.
En Mazatlán sucede lo mismo, el Alcalde, Luis Guillermo “El Químico” Benítez, ha desplegado toda una estrategia para intentar regular el servicio de recolección, desde hace seis meses, cuando llegó al poder, y es hora de que todavía no lo consigue, aunque hay que reconocer que ahí la lleva.
Las placas
Se dispone el Presidente a poner una placa en las obras de infraestructura con los nombres de los funcionarios corruptos que se hayan beneficiado con su construcción.
¿Tendrá AMLO idea de lo que le va a costar al País mandar hacer las placas que se necesitan, nada más en Sinaloa?