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El pasado 9 de septiembre el Presidente López Obrador se refirió por la 38ªava vez a Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad. En todas ellas de manera derogatoria y en casi todas haciendo mofa de la organización llamándola Mexicanos en Favor de la Corrupción. Sería de mal gusto repetir los adjetivos utilizados por el Presidente para denostarla una y otra vez.
Este lunes traspasó un límite inadmisible viniendo desde el poder. Amenazó abiertamente a personas físicas y morales que han apoyado a la organización. A muchos de ellos con nombre y apellido. Dijo: “quienes patrocinan este grupo se han caracterizado por la corrupción y, sobre todo, por sacar provecho al amparo del poder público”. Añadió: “son empresarios que deducen impuestos, que no pagan impuestos porque destinan recursos a fundaciones como la de Claudio”. Agregó: “vienen estos empresarios que aportan millones de pesos y esta fundación se dedica a combatirnos, a atacarnos”. Remató: “Ojalá y aclaren si es cierto que están dando este dinero y cómo es que se deduce de impuestos. Hay que revisar si es legal, porque no ingresa ese dinero al presupuesto público, si no tienen autorización para entregarlo a esta asociación. Y debe haber otras. Entonces, sí vamos a hacer una revisión y aquí vamos a aclarar sobre lo que están aportando… vamos a aprovechar para que la gente se entere”.
Ninguna de estas expresiones están escritas en el reportaje de Proceso que dio pie a las amenazas del presidente. Provienen de él y sólo de él.
MCCI fijó su posición a través de un comunicado (https://contralacorrupcion.mx/comunicado-9-noviembre-2020/) en el que asentó que la organización tiene el carácter de donataria desde 2016, que ha cumplido con todas las disposiciones legales en materia fiscal y de transparencia vigentes, que cada una de las donaciones ha sido reportada a las autoridades hacendarias con la periodicidad y requisitos establecidos en la ley, que se sostiene a partir de financiamiento privado nacional e internacional, que tiene el deber de mantener la confidencialidad de los datos personales de sus donantes y que estos están, como lo exige la ley, solamente en poder de las autoridades hacendarias, quienes también están obligadas a guardar la secrecía de acuerdo a la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados.
Ahora utilizo este espacio, como presidenta de la organización aunque a título personal, para decir: imposible no tener miedo.
Sí, miedo:
A que nos quiten el carácter de donataria.
A que nos persigan fiscalmente y tengamos que atender juicios que nos quiten tiempo, energía y entusiasmo.
A que los donantes se sientan intimidados por las palabras del Presidente y nos retiren su apoyo.
A que los integrantes de MCCI se sientan hostilizados y no puedan ejercer su libertad en el trabajo de investigación.
A que los medios de comunicación no puedan difundir nuestras piezas de investigación por temor a las consecuencias.
A que dañen irremediablemente la reputación de MCCI.
Estos son mis miedos. Pero no son de esos miedos que paralizan sino de esos que alientan porque, como decía Mark Twain, “la valentía no es la ausencia del miedo sino el coraje para resistirlo”.
Dicho esto, tengo algunas preguntas para el Presidente:
¿Por qué estigmatizar y amenazar a quienes apoyan la lucha contra la corrupción y la impunidad que son las banderas de este gobierno?
¿Por qué no ver en nuestros donantes nacionales e internacionales un motivo de orgullo y no de escarnio público?
¿Por qué injuriar a MCCI que, con el apoyo de la prensa que hoy considera vendida, contribuyó de manera destacada a develar la corrupción de la pasada administración y a catalizar la indignación ciudadana por la corrupción que lo llevó al poder?
¿Por qué hostigar a quien le ha proporcionado material invaluable para investigar los muchos casos que hoy persigue el gobierno como La Estafa Maestra, Odebrecht, Javier Duarte, César Duarte, Roberto Borge…?
En nuestra corta pero activa historia (2016-2020), hemos documentado y difundido más de 350 actos y redes de corrupción de los tres poderes, de los gobiernos locales, del sector privado y de los partidos. La gran mayoría de ellas de la administración pasada.
Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad no está dedicada como afirma el Presidente a combatir a su gobierno. Su propósito ha sido y es combatir la corrupción y proponer alternativas de solución. Lo hicimos sin pausa en el sexenio anterior. Continuaremos haciéndolo.