"Las 'ingobernables', esa teoría vil. Dos pistas: DIF Culiacán e Ismujeres"
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Nunca, ni siquiera ahora que las mujeres son víctimas de la violencia brutal, Sinaloa ha sido capaz de estructurar acciones que protejan a este sector de la población que está vulnerable por la indiferencia del Gobierno, la impunidad que aportan las instituciones de seguridad pública y justicia y la demente mentalidad de los políticos que justifican los crímenes. En esto sí, cenotafio por cenotafio, la más muerta de todas es la voluntad del Estado por cuidar la vida de ellas y ampliarles el esquema de certidumbres.
Qué demonios pasa por la cabeza de servidores públicos cuya ineptitud pareciera tocar fondo y de pronto ponen más alta la vara de la torpeza, siendo la infamia más reciente la etiqueta de ingobernables que la Procuradora de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia de Culiacán, Liliana Pimentel Villalobos, les puso a dos jovencitas que fueron localizadas sin vida e incineradas el 2 de mayo en un predio de la sindicatura de Costa Rica.
Ojalá que esta integrante del equipo de trabajo del Alcalde Jesús Estrada Ferreiro, ejemplar incuestionable del igualmente innegable desgobierno, ya no amanezca hoy en el puesto. Es terrible que siendo mujer y además teniendo a su cargo la protección del segmento que por su corta edad está en indefensión y riesgo, revictimice a quienes lo que merecen es justicia en vez de segregación.
Alguna reacción providencial debería existir que borre de tajo tales concepciones que están lejos del razonamiento y cerca del contrasentido. Un destello o descarga de inteligencia que expulse la locura que se torna requisito indispensable para desempeñar la función pública. Algo tendría que haber, quizás un chip que al ser implantado modere la imbecilidad y nadie vuelva a decir que a las mujeres las matas porque se lo merecen.
No obstante que las expresiones de Liliana Pimentel quedarán en el compendio de frases falaces de los actuales gobiernos súbita y mediocremente instalados, la coyuntura que abre la “guardiana” de los niños y adolescentes de Culiacán da pauta para avergonzarnos otra vez de las estrategias federal, estatal y municipal para proteger de la violencia a las mujeres.
Es que hay otra realidad más de hechos que de dichos. Los datos oficiales que presenta la Fiscalía General del Estado en el apartado “mujeres ofendidas” revelan que de enero de 2017 al 31 de julio de 2020 se han cometido más de 80 mil 63 delitos diversos que afectan a dicho sector de la población, resaltando entre éstos 201 homicidios dolosos de los cuales 190 se tipificaron como feminicidios.
En el mismo período de los homicidios dolosos donde las víctimas son mujeres Culiacán reporta 96, Mazatlán 27, Ahome 17, Navolato 14, Guasave 2 y Salvador Alvarado 6. En el tipo de delitos los más frecuentes son robo de vehículo, violencia familiar e intrafamiliar, lesiones dolosas y culposas. En cuanto a la forma de muerte violenta sobresalen las armas de fuego con 127 casos, 24 con arma blanca, 13 por asfixia 3 por calcinación.
Otro componente colateral tiene que ver con el atraso político en gobernantes que consideran la protección a las mujeres como asunto relegado en la escala de prioridades. Estamos viendo en Sinaloa, por ejemplo, que en el procedimiento para designar a la nueva directora del Instituto Sinaloense de las Mujeres prevalece la idea de entregar esa cuota de poder para favorecer intereses cercanos al tercer piso de Palacio de Gobierno y no a quien posea trayectoria, tenacidad y proyecto para encauzar las mejores estrategias en beneficio de la población femenina.
Por agotamiento, el Congreso del Estado se dispone a darle el pase al cuarto perfil que Quirino Ordaz Coppel propone para la titularidad del Ismujeres. Los otros tres le han sido rechazados y poco importara ello si desde el Ejecutivo estatal se construyera el enorme andamiaje legal, tutelar y reivindicatorio en todos los términos, de las mujeres y sus derechos. Hay bastantes razones para colocarlas a ellas al frente de la agenda pública y solamente dos pretextos para no hacerlo: indiferencia y misoginia.
Ojalá que las convulsiones populares actuales desprendidas de la insensatez de la funcionaria del DIF Culiacán, que califica de ingobernables a las adolescentes recientemente asesinadas y calcinadas, o la terquedad de ver al Ismujeres como ariete político, fueran los únicos problemas graves en materia de género. Son, ambos temas, la afrenta de tener que seguir cabizbajos mientras asesinan, golpean, discriminan y atacan de todas las formas posibles a las sinaloenses.
Reverso
De los dilemas implacables,
Nunca en este te vieres:
Las amas por ser mujeres,
O también por ingobernables.
Rebelión en el STASE
Los trabajadores del Gobierno del Estado que afirman que hubo fraude en la elección de dirigente que definió a Teresa Ochoa Pérez como ganadora, tienen derecho a que se les escuche y se atiendan sus reclamos, para limpiar el proceso interno y evitar que el STASE quede marcado por la antidemocracia y la dispersión. Imparcialidad de los órganos de arbitraje sindical, legalidad por parte de las autoridades laborales y eliminar la injerencia de Gabriel Ballardo son los pasos indispensables para distender el conflicto. Y si es necesario reponer la elección pues háganlo antes de que los ánimos se calienten más.