"Las aguas negras hieden a indolencia. El ultimátum de Japac para Conagua"
Si la Comisión Nacional del Agua no quiere ver ni escuchar lo que el vetusto sistema de drenaje colector de aguas negras le está avisando en las principales ciudades de Sinaloa, entonces que no se diga sorprendida ni se lave las manos cuando la crisis sanitaria y los peligrosos socavones cobren vidas humanas. De vuelta a los tiempos en que el burocratismo es caldo de cultivo de la negligencia criminal, el Gobierno federal finge que trabaja para el bienestar de la población y a la vez abandona a la gente en situación de riesgo inminente.
En el subsuelo de Culiacán se oye el tic tac que cronometra la bomba de tiempo ya activada y que a manera de hundimientos en vialidades y derrames de aguas negras en varios sectores citadinos avisa de desastres que están por llegar. Quizá de un momento a otro la indiferencia de la Conagua sea la mecha que acelere la detonación y tendrá que reconocer la dependencia federal las consecuencia de sus desidias.
Esta semana, como lo hizo a lo largo de 2019, el ingeniero Jesús Higuera Laura, Gerente general de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán, realizó un llamado desesperado para que la Conagua apruebe los proyectos para atender la emergencia del drenaje sanitario en la capital sinaloense, lo que haría posible acceder a recursos por el orden de los 500 millones de pesos que se requieren para reemplazar la tubería de los colectores donde medio siglo después se ha agotado el período de vida útil de los mismos.
Ante el reclamo de los vecinos afectados Higuera Laura no se ha quedado de brazos cruzados. Para paliar el desperfecto en el sector poniente del bulevar Pedro Infante se toman acciones extraordinarias mediante la inversión de 60 millones de pesos, lo cual no es la solución definitiva pero atacará el derrame del drenaje que se acumula en una enorme laguna frente al edificio Country Courts y de ahí invade zonas habitadas. ¿Será por esta disposición a hacerle frente a las contingencias, en lugar de sentarse a verlas crecer, que ha durado tantos años al frente de Japac?
Ahora lo que sigue es que el delegado estatal de Conagua, Rigoberto Félix Díaz, quien conoce el problema, dé la opinión técnica favorable para que se autorice el proyecto de reposición de la red de drenaje y se atienda a las familias afectadas. Hasta la fecha se ha dedicado a hacerle observaciones al planteamiento de la Japac y en cuanto se atienden surgen nuevas objeciones en un tardado proceso que no corresponde a la urgencia por las soluciones.
Tampoco se ve la gestión de los senadores y diputados federales de Sinaloa para que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador visibilice esta grave situación y haga fluir los correspondientes recursos presupuestales. Lejos de las aguas pestilentes que brotan con sus enfermedades y los hoyos que se abren al desaparecer las tuberías del alcantarillado, los representantes populares se hallan también distantes de los padecimientos de su pueblo. Ya voltearán algún día, cuando las cosas se tornen irremediables.
En Culiacán la cuenta regresiva está expuesta a la vista de todos con los socavones que se registran por las vialidades Pedro Infante y Federalismo. Frente a la privada Las Flores, a un costado de la Unidad de Servicios Estatales, en una de las gazas contigua al puente negro y a lo largo del eje Federalismo el suelo firme tiende a colapsar debido a que de los tubos acopiadores de aguas negras sólo queda el hueco y al paso de vehículos pesados la tierra se hunde tragándose lo que se le ponga encima.
También las lagunas de materia fétida se muestran a la vista de todos advirtiendo del riesgo sanitario para sectores poblacionales al desbordar las alcantarillas y vomitar enfermedades. ¿Por qué los protocolos de prevención no se han activado y se ha dejado sola a la Japac con la presión de ciudadanos que con justa razón ven alarmados cómo el problema ahoga a Culiacán?
Hay una contingencia de salud pública empalmada a los latentes socavones que significarían tragedias lamentables tanto en Culiacán como en Mazatlán y Ahome. En Los Mochis se han registrado accidentes letales y la abulia de Conagua persiste; en Mazatlán es frecuente que el pavimento ceda y engulla automóviles, aunque la crisis del drenaje sanitario es vieja y cada vez peor.
Ojalá que los infortunios nunca ocurran y que antes de lamentar los daños el Gobierno federal deje de lado la indiferencia que no es otra cosa que la espera de víctimas humanas para comenzar a actuar. La Conagua está a tiempo de prevenir, solamente que no es seguro que las desgracias se pospongan para ampliarle el plazo a la abulia que manifiesta.
Reverso
Aguas negras hasta el cuello,
Que asfixian a ciudades,
Que se aguantan el resuello,
Nadando en los albañales.
El de atrás paga
A los ex alcaldes que les heredan a los municipios deudas derivadas de litigios, se les debe llamar a responder por tales cargas financieras que restringen la capacidad de los ayuntamientos para atender necesidades ciudadanas. Hay un perjuicio social evidente y los órganos de fiscalización tienen que llamarlos a rendir y pagar cuentas porque en muchos de los casos los ediles fueron negligentes para permitir que particulares ganen los juicios y se lleven una buena tajada de los recursos públicos. ¿Está tomando nota el Congreso del Estado?
alexsicairos@hotmail.com