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"ÁMBITO"

"La situación"

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    magco7@hotmail.com

     

    Reposa en el espacio de las expectativas la reacción de Donald Trump en torno a la decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador, al brindar asilo y protección a Evo Morales, pero el panorama puede cambiar a partir de la difusión del video en el que, mediante comunicación telefónica con alguien en su país, el autoexiliado boliviano hace indicaciones con francos perfiles de agitación social.

    Morales incita a ejecutar bloqueos a la distribución de servicios de primer orden, cierre de carreteras y otras acciones perturbadoras que se sumarían a la etapa de violencia que actualmente castiga al país andino, y esa propuesta distorsiona el espíritu pretendidamente protector que supone la oferta de asilo que le hizo el Presidente López Obrador cuya posición ahora podría ser interpretada por Trump como la de quien protege, pero a algo más que un asilado.

    Pretextos quiere el gobierno de Estados Unidos para intervenir internacionalmente, y en este caso esgrimiría el argumento de actuar en defensa de un país miembro de la Organización de Estados Americanos, entidad en la que la influencia del vecino país es omnipotente. Además de que Trump ya reconoció al gobierno de la persona que figura como Presidenta interina de Bolivia.

    Esta circunstancia podría trastocar la idílica actitud del Presidente yanqui, quien hasta ahora no se ha cansado de dedicar elogios al Gobierno mexicano por la afanosa participación de la Guardia Nacional que desde México protege la frontera de Estados Unidos contra la inmigración, lo cual representa el cumplimiento del más obsesivo de los caprichosos designios de Trump.

    México no está solo en una posición que también sostienen Rusia, Venezuela, Uruguay y Cuba, pero su situación en ese sentido ha sido la más radical al haber ofrecido al ex Presidente boliviano un asilo que éste aceptó, y del que actualmente goza con absoluto derecho de réplica mediante un discurso político que - desde México - se ha tornado en incitación para mantener creciente el movimiento de protesta que sus partidarios están ejerciendo en Bolivia.

    Desde una particular percepción, esta determinación del Presidente López Obrador ha demostrado a plenitud que no está dispuesto a perpetuarse como un incondicional servidor, ni a ceñirse en todo y por todo a la voluntad del caprichoso vecino.

    La decisión de respaldo absoluto a Evo Morales resulta controvertible, pero en este caso proyecta visos de independencia, y eso, aun cuando no sea una resolución idónea, debiera parecer reivindicatoria después de la participación de México en la campaña represora contra la inmigración hacia Estados Unidos.

    No es la primera vez en la historia que el Gobierno de nuestro país se planta en contraposición en relación con la OEA, pues hace seis décadas el entonces Presidente Adolfo López Mateos rechazó en forma rotunda plegarse a la propuesta de Estados Unidos en el sentido de establecer un bloqueo político y comercial en contra de Cuba cuando estaba todavía reciente el acceso de Fidel Castro al poder de la república isleña.

    En aquella ocasión, en defensa de sus principios y de su política exterior, México actuó solo ante el mundo contra la agresión económica que se dictó en perjuicio de una república hermana a propósito de la cual fue en nuestro país donde se fraguó la invasión guerrillera liderada por Fidel Castro y Ernesto Guevara, pero entonces era el levantamiento que desde la Sierra Maestra, en Cuba, habría de derrocar a la dictadura, y esto marca una sustancial diferencia ante la convocatoria a una acción que atiza la situación de quebranto en un país ya castigado por la violencia social.

    Además de la inquietud que atañe a la reacción que ante esta nueva circunstancia pueda asumir Donald Trump, queda la interrogante sobre la actitud que tomará el Presidente López Obrador en torno al uso que Evo Morales está haciendo del asilo que le fue brindado. Él definirá si la presencia del boliviano en nuestro país tiene carta blanca para realizar todo tipo de actividades, incluyendo aquellas que puedan colocar a México en una conflictiva situación.