Arturo Santamaría Gómez
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Nadie se dio cuenta cuándo Mazatlán declaró su independencia y se convirtió en una república autónoma, pero Guillermo Benítez Torres, “El Químico”, ya actúa como su prócer independentista. No sabemos todavía pero quizá el próximo 10 de mayo sea la fecha de su celebración.
Hay algunos antecedentes en los apetitos autonomistas de las clases dirigentes del puerto en el Siglo 19, cuando los comerciantes extranjeros, que dominaban la vida económica, social y política de Mazatlán, se oponían a las decisiones que se tomaban en Culiacán, ya convertida, después de la invasión francesa, en la capital del estado; y ahora el Alcalde mazatleco, oponiéndose a las indicaciones de los gobiernos federal y estatal, hace honor a lo que poderosos comerciantes europeos decidían en la joven ciudad decimonónica.
En efecto, “El Químico” Benítez Torres declara que Mazatlán es autónomo y “diferente”, y que, por lo tanto, el próximo 10 de mayo los mazatlecos podrán celebrar en los restaurantes- eso sí, nada más al 40 por ciento de su capacidad- a las mamás, a diferencia de lo que ha dispuesto el Gobernador para el resto de Sinaloa, y el Presidente para el conjunto del País.
Lo que es absolutamente contradictorio es que el 7 de mayo este mismo gobierno empezó a exigir, mediante operativos de la Policía de Tránsito, que no viajen más de tres pasajeros por automóvil y protegidos con tapabocas, con el objetivo de reducir la movilidad de la gente que, sin duda alguna, se ha incrementado en la Fase 3 de la contingencia sanitaria, justo cuando están ascendiendo los contagios en la ciudad.
Por un lado vemos una medida dura, pero necesaria, y por otro lado, una decisión que propiciará grandes concentraciones de personas, porque no podrán evitar que haya decenas de comensales en un solo lugar al mismo tiempo y, sin guardar en las mesas una distancia mínima de dos metros entre sí. Si la sana distancia no se ha guardado en varios restaurantes, taquerías y carretas de mariscos que han permanecido abiertas a lo largo de la epidemia, menos lo harán el próximo domingo.
No sabemos si la declaración de independencia de “El Químico” nace inconscientemente de la herencia sediciosa de los comerciantes extranjeros, de la tradición fiestera mazatleca que ama las aglomeraciones, del rendido amor que le rendimos a nuestras madres mediante una comida anual o una lavadora, o de plano, a la presión de los restauranteros sobre el Alcalde, muchos de los cuales son sus amigos. Lo cierto es que el próximo 10 de mayo, los restaurantes verán desfilar familias enteras todo el día. Por cierto, ¿qué van a hacer los policías de Tránsito cuando ese día vayan la abuelita, la mamá, el papá y los nietos en la misma camioneta?
El 30 de abril pasado la iniciativa para romper el encierro casero la tuvieron los ciudadanos en diferentes urbes de Sinaloa, destacando Culiacán entre ellas; pero ahora el ánimo desobediente proviene del mismísimo Alcalde patasalada. El doctor Efrén Encinas y otras autoridades médicas declararon que después de ese lamentable día sería inevitable una fuerte ola de contagio. Bueno, pues, después el 10 de mayo mazatleco, no tendría porque ser diferente.
El autonomismo de Guillermo Benítez Torres podría parecer folclórico y hasta cómico en otro contexto, pero en el actual, donde está en juego la salud de miles de ciudadanos, estamos hablando de un asunto mucho muy serio que podría tener consecuencias lamentables.
Por otro lado, esta decisión del Presidente Municipal de Mazatlán es parte, así sea muy local, de una especie de serio resquebrajamiento, esperando que sea coyuntural, de un pacto de unidad republicana que siempre ha tenido cómo eje los poderes centralistas del Presidente y los gobernadores. Y no es que un centralismo del Poder Ejecutivo sea el ideal republicano, pero en estos días han brotado fuertes distanciamientos de los poderes estatales con el federal que podrían desestabilizar aún más al País, cuando padecemos una amalgama de crisis.
“El Químico”, sin darse cuenta, no tan solo desobedece disposiciones del Ejecutivo estatal y del federal sino también agrega un grano de arena a la inestabilidad política nacional, la cual, al margen de los errores del Presidente, está siendo propiciada por un fuerte grupo de gobernadores, encabezados por el de Jalisco, que no desaprovecha oportunidad alguna para ofrecerse como líder opositor y posible candidato unitario a la Presidencia para el 2024.
En fin, el costo de elegir a personas sin experiencia alguna en la administración pública y con escasa formación política es grande. Si Morena no lo entiende y vuelve a cometer los mismos errores de 2018, Mazatlán, Sinaloa y muchas otras entidades mexicanas lo seguirán pagando.