Tengo meses asegurando que, en Sinaloa, Morena es la franquicia electoral más rentable para postularse a un cargo de elección popular en 2021. Llegar al inicio del proceso con un 31 por ciento de preferencia por partido da un gran bono de arranque, te pone en un lugar privilegiado para competir, pero, no necesariamente te garantiza un triunfo. En ese sentido discrepo de muchos columnistas que dan como ganador al candidato o candidata que postule el Movimiento de Regeneración Nacional. Falta mucha agua por correr en la creciente.
Pocos analistas profundizan en algo que es elemental en una elección a gobernador, como la construcción del triunfo electoral en la suma de resultados en los distritos y municipios. Es decir, en la dificultad de ganar la elección mayor, perdiendo o saliendo tablas en las ciudades y distritos con mayor número de votantes o participación ciudadana.
José Luis Ruelas Miranda, vocal ejecutivo del INE en la entidad, me comentó hace unas semanas que el padrón electoral en Sinaloa crecería un 4 por ciento con respecto al proceso anterior. Desde aquí podemos ir dándole forma a los números para ir planteando escenarios en cálculos conservadores respecto a la elección 2021.
Como es de imaginarse, Culiacán tendrá el mayor número de electores, aproximadamente habrá 708,600 votantes, la participación estimada superará el 55 por ciento. Jesús Estrada Ferreiro ganó con 149,426 votos de Morena, 14,500 votos del PT y 6,500 de Encuentro Social, se hizo del cargo con más menos 170,000 votos. Jesús Valdés perdió, pero recibió del PRI casi 120,000 votos, del Verde Ecologista 8,500 y de Nueva Alianza 8,200. El PAN y el PAS rondaron por los 24,000 votos.
Observando los números podemos darnos cuenta que la “Ciudad Capital” no podría ser considerada un bastión morenista. El actual gobernante no ganó por simpatías propias, es más, es por todos sabido que Ferreiro al darse cuenta de los resultados preliminares comenzó a despotricar en redes sociales contra el órgano electoral, hasta que horas más tarde le informaron la “novedad” de que había resultado ganador. Él ni se lo creía, ni se lo esperaba.
Estrada Ferreiro ha hecho de su gobierno un mal chiste, es la burla de los ciudadanos por su particular forma de expresarse, la diatriba es constante con opositores y medios de comunicación, se pelea hasta con su sombra, por algo es considerado uno de los peores munícipes de Sinaloa. Nadie en su sano juicio lo presentaría de nuevo a la urna, mucho menos para buscar repetir el cargo.
La capital del Estado será dificilísima de mantener para la 4T. Durante estos años, lejos de construir una base electoral sólida, se dedicaron a descalificarse y pelearse entre ellos. “De locos, borrachos, misóginos y enfermos” no se bajaban, los y las morenistas que veían en la capital el próximo espacio de participación se han dado con todo. Estrada Ferreiro ha sido el depositario de la peor parte, incluso, más duramente criticado por los amigos que los enemigos.
En la oposición, el PRI no ha parado de trabajar las colonias, se dividieron el territorio y ahí andan los de la CNC en las comunidades, la CNOP en seccionales claves, los grupos juveniles, femeniles y el movimiento territorial. Es evidente que están aceitando el engranaje para ir por los 120,000 votos de cajón. Tienen perfiles para competir, y en caso de formalizar una alianza con las diversas fuerzas políticas sin duda que serán los herederos de Plutarco Elías Calles los que pongan la candidatura en la capital.
La baraja está para jugar a ganar, el columnista Héctor Ponce en su “cuartel político” los enumeró puntualmente, mujeres como Rosa Elena Millán y Erika Sánchez, hombres como Faustino Hernández, Aarón Rivas, Sergio Mario Arredondo y el propio líder estatal del tricolor Jesús Valdés Palazuelos. Quien toma la capital tiene la mitad del imperio ganado, era una máxima del legendario estratega Alejandro Magno. Sin afán de predecir el futuro, pero con la claridad que me dan los números, puedo asegurar que Morena la tiene en chino para repetir en Culiacán. Luego le seguimos...