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"Opinión"

"La fragilidad en política"

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    'En definitiva, cualquiera que sea el factor o los factores que han detenido la definición en Morena, nos demuestra que la política electoral en México se ha vuelto frágil porque está expuesta además de los humores de los actores políticos, también a los de los extrapartidarios'


    jehernandezn@hotmail.com

    Rubén Rocha, cuando terminó la reunión con la comisión electoral del CEN de Morena, subió a las redes sociales un mensaje para sus seguidores donde les decía, más, menos, que se había prorrogado hasta enero la definición de la candidatura a gobernador.

    Su aire era el de un aspirante preocupado, consciente, seguramente, que alargar el proceso de selección tensaba, perjudicaba.

    Y si hubiera una duda: habría una nueva encuesta para consultar sobre los aspirantes a esa candidatura.

    Llamaba a sostener el apoyo que se le habría brindado hasta ese momento, pero, siempre él, pero, no daba ninguna explicación de por qué los resultados de la primera encuesta no habían servido para los fines proyectados.

    Acaso ¿estuvo mal diseñada y levantada la encuesta? ¿Los resultados se pulverizaron o polarizaron? ¿Resultó un empate? ¿Hubo un ganador que no fue aceptado por la mayoría de los aspirantes? o ¿le creemos la mentira de Mario Delgado, quien en una entrevista
    banquetera, dijo “eso ya está” refiriéndose al candidato a gobernador, pero está entrampada en la coalición con el PT”? y la pregunta más preocupante, ¿AMLO se lo deja al partido para que opere y resuelva algo que ya está decidido en el marco de alianzas extrapartidarias? Si fuera así, asaltan otras preguntas, ¿con qué actores económicos y políticos se hizo el amarre? ¿A cambio de qué o por qué? ¿Estaríamos ante un simulacro democrático que legitimara una solución política draconiana?

    Todas ellas son preguntas pertinentes, en este y el resto de los estados, donde se prorrogó la definición de la candidatura, ciertamente todo está como posibilidad, y dentro de los tiempos electorales, porque era el momento de las coaliciones y lo de las candidaturas, si se podía sería simultaneo, pero si no será enero.

    La postergación produjo naufragios localmente en clave de coaliciones, el PT y PVEM, que estaban esperando la definición del candidato o la candidata para registrar su coalición con Morena, se quedaron sin posibilidad de hacerlo y tendrán ahora que registrar sus propios candidatos tanto a gobernador, como a alcaldes, aunque como veremos, queda a salvo una posibilidad.

    El caso del PAS es más complicado, a Héctor Melesio se le descompuso el esquema de coaliciones, él asume que su partido es bisagra y cierto, vale más que algunos membretes electorales, pero primero no logró ponerse de acuerdo con los miembros de la coalición ¡Va por México! y segundo, le quedaba la de Morena en el caso de que Rubén Rocha fuera el candidato a gobernador de la coalición ¡Juntos hacemos historia!

    Había dicho, además, que su alianza era con Rocha no con Morena, lo que significaba, y significó, que al no saberse quién sería el que enarbole esa candidatura, decide anunciar que, de acuerdo con la decisión de su partido, él será el candidato a gobernador.

    Entonces, la coalición ¡Va por México!, es la única registrada para competir en la elección de gobernador y alcaldes, sin embargo, queda a salvo hasta no registrar candidatos la figura de candidaturas comunes que es una forma menos ambiciosa y muy específica, de sumar fuerzas, entre partidos.

    Pero, volviendo a Morena, hay tres posibles explicaciones sobre la postergación de la decisión: Una, contra todo lo que se ha dicho, que AMLO tomaría distancia de las decisiones de partido, y no sea así y esté operando, no es desconocido que “su” elección no es la de tal, o cuál, candidato o candidata a gobernador, sino conservar la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados, para evitar que los “conservadores” controlen los siguientes años la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos que en su narrativa significaría “quitarle el presupuesto a los pobres”. O sea, su visión es nacional, y desde esa plataforma, podría estar tejiendo alianzas e influyendo en las decisiones de Morena, al fin y al cabo, es el partido del Presidente.

    La segunda explicación es que los pesos pesados del partido o los llamados presidenciales, léase Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, están tejiendo fino y buscan que los candidatos a gobernador de Morena les sean afines, para de esa forma, en caso de ganar la elección constitucional, construir cada uno las bases de apoyo para cuando llegue el momento de definir el candidato presidencial en 2024.

    La tercera sería muy preocupante por siniestra, que siendo Sinaloa, Michoacán y Guerrero, estados donde el narco es un actor fundamental sea por la vía de la violencia ilegítima o por la económica, la definición exige tejer fino para garantizar la gobernabilidad en esos estados marcados por la violencia criminal. Y esto vale, para Morena, pero también para la coalición ¡Va por México!

    No podemos dejar de recordar que en los procesos electorales de los últimos sexenios el terror, la coacción y promoción de candidatos o los asesinatos políticos, han estado a la orden del día. Guerrero, por ejemplo, ha sufrido decenas de asesinatos políticos en las regiones donde operan los grupos criminales lo que lleva a la conclusión de que estas organizaciones buscan influir en la decisión de quienes son los candidatos a cargos de elección popular.

    Y, como simple recuerdo, de esa presencia ubicua está el asesinato reciente de Aristóteles Sandoval, ex Gobernador de Jalisco, pero también la casi decena de ediles en ese estado del occidente en 2020.

    Se podrá decir en contra, que, en esa lógica, no hay forma de explicar las definiciones rápidas en Sonora, Chihuahua o Colima, estados donde están asentados estas organizaciones y no ha pasado nada, cierto, probablemente sería porque no ven mal a los aspirantes a gobernar o simplemente están a la expectativa de cuando las decisiones bajen a nivel de los municipios que es su espacio de operación más inmediato.

    En definitiva, cualquiera que sea el factor o los factores que han detenido la definición en Morena, nos demuestra que la política electoral en México se ha vuelto frágil porque está expuesta además de los humores de los actores políticos, también a los de los extrapartidarios.

    Quizá, eso explica también, la preocupación de Rocha, el político con más visión de todos los aspirantes ya que algunos que no ven más allá de su nariz.