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"ÉTHOS"

"La flexible ternura"

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    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf

     

    En nuestra cultura, cuando hablamos de una persona tierna generalmente la asociamos a la imagen de alguien débil, pusilánime y totalmente vulnerable. Sin embargo, la ternura es exactamente lo contrario, pues su flexibilidad le posibilita acoplarse a cualquier tipo de situación, problema o adversidad.

    Sebastián de Covarrubias Orozco, en el primer diccionario monolingüe del castellano, El Tesoro de la Lengua Castellana o Española, de 1616, definió la voz ternura asociándola a un cartílago, “que ni es carne ni es hueso”.
    El que no sea ni lo uno ni lo otro, lejos de considerarse un atributo peyorativo redunda en positivo, pues el carecer de sólida estructura le posibilita adaptarse a las más diversas circunstancias y ambientes.

    El educador colombiano, Arnobio Maya Betancourt, en su libro “Conceptos basícos para una pedagogía de la ternura”, ofreció esta definición: “la ternura es aquella cualidad que nos permite dominar las situaciones con delicadeza y dulzura, sin dejarnos llevar por la intransigencia y la crispación”.

    Maya Betancourt añadió: “sólo reconociendo esta fragilidad, podemos comprender que la caricia es la llave maestra que nos abre la dimensión más profunda de la vida”. Muchos siglos antes, el sabio Laozi, en el Tao te King, expresó su idea de ternura y flexibilidad, en contra de la dureza y rigidez:

    “El ser humano, al nacer, es blando y flexible; al morir, queda rígido y duro. Las plantas y los árboles, al nacer, son tiernos y flexibles; al morir, quedan duros y secos. Así pues, lo rígido y duro son amigos de la muerte; lo blando y flexible son amigos de la vida. Por eso, el arma dura se destruye; el árbol rígido se rompe. Lo duro y rígido es inferior; lo tierno y flexible es superior”.

    ¿Expreso una flexible ternura? ¿Tengo miedo a manifestarla abiertamente?