"La Fase 3 y el blindaje al personal médico. Salvan vidas poniendo en riesgo la propia"
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Hay una pieza del sistema de salud que continúa vulnerable al entrar Sinaloa a la fase 3 de la emergencia sanitaria nacional por coronavirus: los médicos, enfermeras y demás personal que lucha a contrarreloj y sin las condiciones óptimas para preservar la vida de los contagiados. Por agradecimiento, respeto y cuidado a ellos tendremos que presentar mayor apego a las disposiciones de aislamiento y saneamiento determinadas por las autoridades para la población en general.
Ni un médico más caído en las batallas diarias contra el Covid-19 debe ser la consigna de aquí a que superemos la etapa de devastación intensa. Los soldados de vestimentas blancas personifican a familias que a diario rezan para que estos hombres y mujeres vuelvan a salvo a sus hogares, y que autoridades y sinaloenses en vez de esquelas o pésames les ofrezcamos conciencia social que los mantenga seguros.
El lunes 20 de abril el fallecimiento por coronavirus de la doctora Alicia Soto Guerrero consternó a altas esferas del Sector Salud de Sinaloa y a ciudadanos que aquilatan el hecho de que ella murió por salvar la vida ajena, en esa vocación que mantiene a médicos y enfermeras al lado de las camas de los pacientes contagiados y muchos de estos reciben como último adiós el que les ofrecen los trabajadores de los hospitales.
Una semana antes, en las mismas instalaciones en Culiacán del Hospital General “Manuel Cárdenas de la Vega”, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, el personal clínico y derechohabientes le ofrecieron un sencillo homenaje a Rafael Silva Delgado, responsable de la farmacia, por tratarse del primer fallecimiento confirmado en Sinaloa de trabajadores de la salud abatidos en la pandemia actual.
En contrasentido a tales abnegaciones, persiste la resistencia en un amplio sector de la población para entender que el respeto y cuidado de la salud y la vida del personal de los nosocomios comienza por contener los ingresos de contagiados a esos centros de auxilio médico. Este sector para el cual resulta imposible abandonar sus plazas laborales es el de mayor riesgo por la cercanía con que tratan a los enfermos.
Da coraje mezclado con impotencia que el mismo día que la medicina perdió a una de sus especialistas en Sinaloa, el Gobernador Quirino Ordaz Coppel deploró la realidad que se vive en las calles, donde por más drásticas que sean las medidas para forzar el confinamiento domiciliario, “hay mucha gente todavía, hay que decirlo como tal, que creen que no les va a caer, que creen que el virus nunca les va a llegar, que se creen inmunes y éste no respeta a nadie”.
Simultáneamente, el Consejo General de Salud advertía en la Ciudad de México del relajamiento de las medidas de sana distancia y “quédate en casa” al ser evidente que un gran número de ciudadanos se expone a infectarse o infectar a los demás, lo cual dio lugar a otro ultimátum del Subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gattel, que no requiere mayor claridad: “no piensen que estamos ya de salida de la epidemia, de ninguna manera, ni siquiera estamos en la fase de reducción de casos. Estamos exactamente en la etapa de máxima velocidad de ascenso”.
Será reconfortante, pero sobre todo necesario, que en la Fase 3 los sinaloenses acrecentemos la empatía con el personal que arriesga todo en los hospitales para mantener la salud de los enfermos de coronavirus. Y por si acaso hicieran falta más motivos para colocarnos como blindaje cívico de ellos, van las palabras que publicó Santos Kadota, padre del médico anestesiólogo Homar Ernesto Kadota Payan, quien murió el 12 de abril en Los Cabos al contagiarse en el cumplimiento del deber. “Estoy orgulloso de su entrega al trabajo de salvar vidas, aunque nadie le haya podido salvar la suya. Este escrito está dirigido a ti, que con toda seguridad tienes una familia y tus hijos y tu esposa te esperan todos los días...”
“A ti que te corresponde tomar decisiones en tiempo y forma para que las personas que dan la cara ante cualquier situación como la que hoy vivimos, tenga a la mano todo lo que necesiten para hacerle frente, desde tiempo, equipo, asesoría, logística, etc. Y justamente hoy te lo pido por la memoria de mi hijo, que su muerte no sea en vano, que sea como aquella anécdota rural, donde tapan el pozo después que cayó el primero... Si lo haces, si lo reflexionas y asumes con responsabilidad de hoy en adelante, mi hijo estará feliz por haber sido útil a la humanidad aún después de su muerte”.
“No te pido nada extraordinario, solamente haz lo que te corresponde como lo hizo él y lo hace tanta gente salvando las vidas que confían en su servicio. Que sea un servicio profesional y de amor incondicional a la vida. De igual manera a toda la comunidad, asuman con responsabilidad sus decisiones, no arriesguen su vida ni la de su familia, respeten lo que nos sugieren los que sí saben de qué tamaño es el peligro... Hagan un homenaje diariamente a las personas como mi hijo que dieron su vida por salvarnos, tomando en serio y más estás circunstancias”.
Reverso
Soldados de blanca estampa,
Que no pretenden llevar laureles;
Solo quieren quitar la trampa,
De desidias que resultan crueles.
¡Ahí les hablan!
La línea dada desde el despacho presidencial a los legisladores de Morena consiste en que no autoricen nueva deuda pública en los estados. La llamada de auxilio que hacen las actividades económicas más frágiles de Sinaloa es que el Gobierno de Quirino Ordaz haga lo que deba hacer para rescatar al sector productivo y sus trabajadores. ¿Cuál de las dos posturas será atendida?