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"ÉTHOS"

"La enfermedad de Dios"

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    rfonseca@noroeste.com
    @rodolfodiazf

     

    Si Dios es infinito, eterno, todopoderoso e inmutable, ¿cómo es que algunos filósofos afirman que ha muerto? ¿Cómo es que también se dice que Dios tiene alguna enfermedad?

    Mario Benedetti, en su libro Buzón de tiempo, incluyó un relato sobre un preso que soñó que estaba preso. En ese supuesto sueño el preso recibió la visita de Dios, quien se encontraba cansado y padecía insomnio. Cuando, por fin, lograba conciliar el sueño tenía pesadillas.

    “Lo peor de todo, le decía Dios, es que Yo no tengo Dios a quien encomendarme. Soy como un Huérfano con mayúscula. El preso sintió lástima por ese Dios tan solo y abandonado. Entendió que, en todo caso, la enfermedad de Dios era la soledad, ya que su fama de supremo, inmarcesible y perpetuo espantaba a los santos, tanto a los titulares como a los suplentes”, escribió Benedetti.

    En un sentido totalmente diverso se expresó ayer el Papa Francisco: “Cuando Dios nos perdona, olvida todo el mal que hemos hecho. Alguno decía: ‘Es la enfermedad de Dios’. No tiene memoria, es capaz de perder la memoria, en esos casos… Nos perdona y sigue adelante. Nos pide solo: ‘Haz lo mismo: aprende a perdonar, no cargues esa cruz no fecunda del odio, del rencor, del me las pagarás’. Esa palabra no es ni cristiana ni humana”, dijo.

    Bergoglio resaltó: “Siempre se debe perdonar. Y no es fácil perdonar. Porque nuestro corazón egoísta está siempre apegado al odio, a las venganzas, a los rencores. Todos hemos visto familias destruidas por odios familiares que pasan de una a otra generación. Hermanos que, ante el féretro de uno de los padres, no se saludan porque llevan rencores viejos. Parece que sea más fuerte el aferrarse al odio que al amor”.

    ¿Soy capaz de perdonar?