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Morena no baja en las preferencias electorales rumbo a 2021, como partido tiene grandes posibilidades de ganar los comicios del próximo año. A finales de noviembre conocí tres encuestas, en el mejor escenario para ellos, el movimiento tiene 35 por ciento de preferencia, en el más conservador, 31 por ciento. En estricto análisis electoral podríamos decir que el valor de la franquicia está por encima de los aspirantes, el partido vale más que sus precandidatos.
Tengo meses insistiendo que los alcaldes morenistas que “cantaron” sus aspiraciones en realidad lo hacían para tener cartas de negociación, sus posibilidades desde el principio eran reducidas y los desempeños en sus municipios no dejan lugar a dudas. Estrada Ferreiro es nacionalmente conocido por sus errores y tropiezos discursivos, por la forma que tiene para expresarse de los problemas públicos con ligereza y vulgaridad. Parece más merolico que jurisconsulto, por ningún lado se le ve posibilidad siquiera de reelegirse. Además, que, al interior de Morena hay quienes buscan competirle el espacio.
De Billy Chapman hay mucho que decir respecto al pésimo desempeño en Ahome, pero por cuestiones de espacio nos ahorraremos palabras, simplemente quedó fuera y su candidatura pasó con la intrascendencia de un mal chiste. El que puso más empeño e invirtió más dinero público en buscar, infructuosamente la candidatura, fue el mazatleco Benítez Torres. Siguiendo las prácticas del PRI, mandó colocar espectaculares por todo Sinaloa, primero bajo el disfraz de “su informe”, después burdamente con su imagen. Le alcanzó para negociar su reelección, a principios de esta semana su duro discurso contra Rocha Moya se moderó, enfilando sus baterías ahora contra el ex Secretario de Gobierno Gerardo Vargas Landeros, quien pasó también una muy mala semana ante el desdén que la dirigencia nacional le armara dejándolo prácticamente fuera de la contienda. En los últimos días es escándalo por la sanción del Tribunal que lo coloca como un Alcalde machista infractor del derecho a las mujeres, en particular por ejercer violencia política contra su Síndica Procuradora.
Como lo he dicho en innumerables espacios de opinión, todo apunta a dos perfiles nada más y ambos despachan en el Senado de la República. Por más ruido que le metan al chicharrón los columnistas y opinólogos, la decisión de la dirigencia nacional se tomará entre Rocha Moya o Imelda Castro. Todo lo define el género.
Mientras Morena alista al jinete o escaramuza que cabalgará en caballo de hacienda, los partidos de Oposición avanzan lentamente en un frente de candidaturas comunes contra la 4T en Sinaloa. En el PRI, Juan Alfonso Mejía apareció sorpresivamente arriba del dirigente estatal del tricolor Jesús Valdés; el Secretario de Educación ha crecido mucho y se ha convertido en factor de unión de detractores, pero igualmente suma la esperanza de aquellos que veían a un tricolor sin un candidato con posibilidades de avanzar con propios números. Algo ven los electores en Juan Alfonso que movió radicalmente las gráficas de unos meses para acá, si mantiene ese ritmo podría poner en aprietos a Morena.
No es casualidad que justo cuando el mazatleco avanza en las preferencias de los ciudadanos, desde el interior del PRI un grupúsculo retardatario comienzan ataques directos que se suman a una serie de difamaciones acompañadas de misteriosas y repentinas protestas magisteriales en Palacio de Gobierno. No se debe perder de vista que dentro del partido tricolor hay quienes están en contra de la alianza, que pretenden dinamitarla porque saben que de concretarse los perfiles de candidatos no serían los tradicionales.
Ahora bien, en el punto de la desfachatez escuché los berrinches de personajes que ahora se quejan airadamente de la “falta de democracia interna” del PRI, partido donde militan desde hace varios años, beneficiándose del mismo modelo contra el que hoy arremeten al ver que no habrá más huesos por repartir. De pronto estos personajes vinieron a darse cuenta que “el agua moja” y que el “lodo ensucia”. Difícil entender sus argumentos sabiendo lo que son y lo que representan, lo que consiguieron antes pasando por encima de otros compañeros suyos que no tuvieron la misma suerte. Por respeto al púbico conocedor, que no vengan a contarnos patrañas. Luego le seguimos…