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@rodolfodiazf
No, no nos referimos a la política británica Margaret Thatcher, conocida mundialmente con este epíteto de “La Dama de hierro”, ni a Meryl Streep, quien la interpretó magistralmente en la película homónima por la que consiguió su tercer Óscar, precedido por los de Kramer contra Kramer y La decisión de Sophie, además de que tiene más nominaciones que cualquier otro actor, con 21.
Hoy preferimos hablar de la actriz Olivia de Havilland, quien falleció el domingo a los 104 años. Con su muerte, expresaron todos los críticos, se fue el último icono de los grandes actores del Hollywood de Oro.
El espectacular brillo lo alcanzó por su participación en el filme Lo que el viento se llevó, de 1939, con el personaje de Melanie Hamilton, en donde alternó con Clark Gable (Rhett Butler), Vivian Leigh (Scarlett O´Hara) y Leslie Howard (Ashley Wilkes).
Decimos que el oropel lo obtuvo por su actuación en Lo que el viento se llevó, donde fue nominada como actriz de reparto, aunque se hizo acreedora a la preciada estatuilla hasta su actuación en La vida íntima de Julia Norris (1946) y La heredera (1949).
El calificativo de “Dama de hierro” puede parecer extraño, porque su papel como Melanie es de una mujer dulce, amable y candorosa. En cambio, Scarlett se caracteriza por su carácter frío, duro, egoísta, ambicioso, calculador y voluptuoso, como quedó retratado en la frase que expresó ante su tierra, Tara, devastada: “Aunque tenga que matar, engañar o robar, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a pasar hambre”.
Sin embargo, en su vida diaria, Olivia de Havilland era reservada y no se dobló ante la adversidad, incluso, soportó en silencio el fallecimiento de su hijo Benjamín, por el linfoma de Hodgkin.
¿Soporto estoicamente la adversidad?