La crítica y la democracia

LETRAS DE MAQUÍO

En días pasados, los periódicos de la Ciudad de México resaltaron en forma importante dos hechos: Uno de ellos fueron las declaraciones del Secretario de Educación Pública, Jesús Reyes Heroles, en Chihuahua, quien afirmó: “Tenemos males de ayer y de hoy que producen malestares concretos, que ciertos grupos tratan de capitalizar imbuyéndoles a su espontaneidad un sentido general de que carecen, dándoles una dirección política para su amparo, para adquirir representatividad”.

Resulta realmente sorprendente la declaración del más avezado miembro del gabinete en política (es el único de los 21 que lo integran que ha participado en una elección) ya que parece ingenua su afirmación.

¿Qué esperaba don Jesús, que les aplaudieran después del desastre a que han llegado al país en la “docena trágica”? ¿Qué nuestros políticos no acaban de entender nuestra democracia? Esta implica que la forma de pensar y los planes de las mayorías se pondrán en práctica durante un periodo razonable y si no resultan, seguramente las minorías se convertirán en mayorías para exigir que una nueva forma de pensar y nuevos métodos se pongan en práctica.

Eso es lo que ha acontecido en México y por eso el PRI ya no gana las elecciones. Porque ellos han regido los destinos del pueblo mexicano, ellos son los rectores de la economía y ellos son los responsables absolutos de la crisis actual. No se sorprendan, pues, de que el pueblo no crea en ellos.

Por otro lado, afirmó don Jesús Reyes Heroles: “Para nosotros, modernización es sinónimo de democratización” y habló de la necesidad de moralizar a nuestro País.

He comentado las anteriores afirmaciones con gente del pueblo y se queda perpleja ante el cinismo. ¿Cómo es posible que se hable de democracia en México y de renovación moral después de los fraudes electorales en Sinaloa, Michoacán, Baja California y Puebla?, por mencionar solo algunos. ¿Qué pensarán estos señores, que el pueblo está formado por idiotas que no se dan cuenta del acontecer político?

El otro hecho que anoto ha sido ampliamente comentado en los diarios capitalinos: es la próxima asamblea de la COPARMEX que plantea la interrogante: ¿Gobierno para la sociedad o sociedad para el gobierno?

Los gatilleros intelectuales han desatado la crítica diciendo que esta reunión será de parásitos reaccionarios carentes de solidaridad ante el País.

No se dan cuenta estos señores de que los empresarios antes de serlo son ciudadanos que tienen, no solo el derecho sino la obligación de estudiar las políticas que afectan al País para tratar de colaborar en lo que se deba e influir como miembros de la comunidad en lo que vaya contra la sociedad.

Agregan las plumas a sueldo que es necesario que el gobierno siente en el banquillo de los acusados a los empresarios y los critique y juzgue.

Olvidan los señores que, como lo dijera Jefferson, el particular tiene todo el derecho de criticar a su gobierno (eso es democracia), mientras que este no puede ni debe atacar la acción de los ciudadanos, porque se convierte en dictadura.

¿Será ese el deseo de algunos mexicanos mal nacidos?