"La coraza política de AMLO para Quirino. Olga Sánchez y las señales en el Informe"
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Si en algo resultó pródigo el evento popular del Tercer Informe de Quirino Ordaz Coppel fue en los guiños políticos entre el Gobernador de Sinaloa y el Presidente Andrés Manuel López Obrador. La convivencia en armonía entre los líderes fácticos de los dos partidos que ejercen el poder en México y en Sinaloa, el PRI y Morena, es el preludio de la colaboración en tareas de impacto nacional, sin que ello signifique el sometimiento de uno al otro.
Es importante descifrar las contraseñas del cónclave político de alto nivel que el martes encabezó en Culiacán la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Tienen todo el tinte del blindaje de Estado al Gobernador Quirino Ordaz Coppel para que transite arropado por las decisiones de gran impacto, incluyendo la sucesión, que tendrá que tomar en el cuarto año y en los 10 meses del quinto, que comienzan a correr a partir del 1 de enero de 2020.
La pregunta sería en todo caso para qué quiere el Presidente Andrés Manuel López Obrador cobijar al Mandatario estatal. O cuál es el objetivo de Quirino Ordaz al implicarse inclusive más que cualquier morenista en el plan y estilo de gobierno de AMLO. ¿Cuál es el cordón umbilical de tan fuerte e intrigante voluntad de entendimientos entre ambos?
Aun tratando de sacarle la vuelta al pantanoso terreno de la especulación, la avenencia que se respiró en el palenque distó del pleito que se traen aquí los de Morena contra Quirino Ordaz, consecuencia natural del funcionamiento idóneo de los contrapesos. Más arriba, al alto nivel, se cocina algún trato que provoca que cada vez que AMLO viene a Sinaloa abriga al Gobernador y en circunstancias de peligro como la que significó el jueves negro en Culiacán, lo deslinde de responsabilidades.
La empatía entre el Gobernador y el Presidente es real y va más allá de la cortesía entre los poderes Ejecutivo federal y estatal, lo cual quedó demostrado con la actitud de reconocimiento y apoyo que Sánchez Cordero mostró durante el evento de la Feria Ganadera en el cual Ordaz Coppel presentó su Tercer Informe. Ahí hubo, sin posibilidad de error, evidencias de dos pactos: el político y el social.
El primero tiene que ver con la inédita voluntad del morenista y el priista de respetarse y coadyuvar entre sí para probar aquí modelos en áreas como seguridad pública, desarrollo económico, relanzamiento del pacto fiscal, obra pública en época de austeridad y combate a la corrupción. Si se le pone un poco de atención al informe de Quirino Ordaz esos son los puntos en los que mayor énfasis mostró y que motivaron el aplauso de la Secretaria de Gobernación.
López Obrador anda buscando aliados en todos los partidos, en el País entero y echándole bastante ojo a los buenos resultados que desde lo local pueden funcionar en lo nacional. Ya se habla en los pasillos de Palacio Nacional de un relanzamiento de la Cuarta Transformación al iniciar la segunda parte del sexenio amloísta, en diciembre de 2021, y para esas fechas Quirino Ordaz ya estará en la banca política. ¿Está pensando el Presidente en integrar a su Gabinete al actual Gobernador de Sinaloa?
Serenos morenos. Esto es únicamente un ejercicio que intenta interpretar los signos de la buena relación que AMLO presume con Quirino Ordaz, indescifrable hoy hasta para el más avezado clarividente. Hay algo ahí que anuncia cosas interesantes y no pasará mucho tiempo para conocer de qué se trata. ¿Una candidatura común al Gobierno de Sinaloa? Insisto, no conjeturemos en exceso.
Lo otro fue el pacto social que se concretó la lluviosa tarde del martes después de que Sinaloa ha sido sacudido por situaciones adversas. El ofrecimiento del Gobernador de sacar adelante al estado en esta coyuntura difícil, la disposición del Gobierno federal por ayudar a estar mejor, y la solidaridad de los sectores sociales entre sí y con el jefe político local en la tarea de revertir las dificultades y convertirlas en oportunidades, es lo más rescatable.
Es Quirino Ordaz Coppel quien necesita del respaldo del régimen de López Obrador y de la alianza ciudadana en torno a la responsabilidad que desempeña. Es la razón por la cual ese día salió fuerte del palenque a cerrar su mandato, el de los 58 meses al que le restarán solo 22 cuando el 1 de enero arranque una jornada final que será la más intensa y la más exigente de todo su gobierno.
Reverso
Señores, cierren las puertas,
Que pelearán fifís y chairos,
Por descubrir si son ciertas,
Las alianzas entre estos gallos
Logros y retos
Si se tuvieran que agrupar en fortalezas y debilidades los tres años que está por cumplir Quirino Ordaz al frente del Gobierno de Sinaloa, lo luminoso estaría en la modernización de la infraestructura para la salud, el impulso que le da al puerto de Mazatlán y crecimiento económico en un contexto mexicano de estancamiento. Lo que tendría que reforzar en el tiempo restante al sexenio mocho es lo relativo a transparencia de la obra pública, blindaje anticorrupción a la administración pública, reposición del drenaje sanitario que está tronando en las ciudades y fortalecimiento de la participación ciudadana a través de la organización cívica con autonomía.