"La cara elección de Sinaloa en 2021. El IEES y partidos ajenos a las crisis"
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A pesar de que los ciudadanos no están pensando en las próximas elecciones sino en cómo librar la pandemia y sus secuelas económicas y sociales, para 2021 la actividad política costará a los sinaloenses muchos más recursos públicos que los invertidos para atender la emergencia sanitaria, como si fuera de alta prioridad financiar a partidos y crecer en 127 millones de pesos más que en 2018 el gasto de operación del órgano que desarrolla los comicios.
A los partidos y al Instituto Electoral del Estado de Sinaloa ningún virus les acongoja en medio del cierre complicado de 2020 que anuncia retos que persistirán al menos durante el próximo semestre por la contingencia epidemiológica, aunados a recortes en los recursos federales asignados a estados y la baja recaudación local por la pérdida de capacidad contributiva de empresas y personas.
Será que existen demasiadas preocupaciones que intranquilizan a la sociedad sinaloense o tal vez sea la vieja desconfianza de pagarles tanto a quienes rinden tan poco, pero esta vez suena más a disparate que tantos recursos públicos vayan a donde menos se requieren. Y más intriga el hecho de que los partidos no presenten iniciativas para renunciar total o parcialmente a esos fondos y se destinen a miles de familias pauperizadas más de lo que pueden resistir.
Por ejemplo, para asegurar que en los primeros meses de 2021 la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado pueda adquirir más vacunas de las que ya están garantizadas por el fideicomiso de 50 millones de pesos que creó el Gobernador Quirino Ordaz Coppel con la venta de la Casa de Gobierno, o bien rescatar el Programa de Escuelas de Tiempo Completo que la Federación desbarató en su propuesta de gasto del año próximo.
Ahora indigna más que antes ver que los partidos y el órgano electoral vivirán en jauja al mismo tiempo que pequeñas empresas se ven obligadas a desaparecer, las actividades productivas del campo seguirán perdiendo rentabilidad por la pérdida de estímulos y la salud pública continuará insolvente para comprar medicamentos que reclaman los enfermos de padecimientos crónico-degenerativos.
Es tarea del Congreso del Estado revisar esto para evitar que los costos de las votaciones y del sostenimiento de los partidos repercutan en decisiones y acciones que son más urgentes. Siglas políticas con mucho dinero y electores que ni siquiera tienen certidumbre del salario y del sustento constituyen ese extraño dilema de sostener el aparato comicial o hacer prevalecer la asistencia social.
La propuesta aprobada por el Instituto Electoral es que a los partidos políticos se les entregue en 2021 una bolsa de 190 millones 972 mil pesos, distribuidos de la siguiente manera: al PAN, 24 millones 131 mil; al PRI, 43 millones 448 mil; al PRD, 11 millones 036 mil; al PT, 3 millones 154 mil; al PVEM, 4 millones 493 mil; a MC, 4 millones 493 mil; al PAS, 7 millones 689 mil; a Morena, 66 millones 159 mil; al PES, 4 millones 493 mil y a candidaturas independientes, 1 millón 872 mil pesos.
En lo que se refiere al IEES, solicita gastar para 2021 un total de 417 millones 130 mil 185 pesos (27 veces más que los 15 millones de pesos que se entregarán del bono Covid a los trabajadores de Salud que atendieron a contagiados) debido a que, según justifica el órgano electoral. contempla montos que se asumirán por primera vez como los conteos rápidos por tratarse de una elección a la Gubernatura, cumplimiento de protocolos relacionados con la pandemia durante el proceso electoral y el día de la jornada electoral, así como gastos resultantes de la coordinación con el Instituto Nacional Electoral.
Sin caer en la pregunta ociosa de qué tanto se le debe invertir o recortar a la democracia para que ésta sea buena o mala, sin duda alguna se trata de demasiados recursos públicos si se toma el referente anterior de la elección de 2018, en la cual se eligieron alcaldes y diputados locales, para la cual el IEES dispuso de un presupuesto de 290 millones de pesos y a los partidos se les entregaron 102 millones de pesos más 30 millones 985 mil 828 pesos para gastos de campaña.
Se trata de momentos especialmente difíciles que necesitan de acciones con gran sentido social. Y no es que el ejercicio libre, transparente y creíble del voto carezca de significancia en el año que inicia en 30 días; lo que se expone es que para salvar otras cosas esenciales se necesita que todos ajustemos el cinturón pensando en los más vulnerables.
Reverso
Si al menos uno supiera,
Que el gasto valdrá la pena,
Y el votado nos sirviera,
Para alguna cosa buena.
¿Quién da más?
Los que de aquí en adelante se cotizarán a precio de oro serán los partidos políticos que empiezan a sentar las bases para aliarse en Sinaloa con Morena o con el PRI, según sea la puja en estos partidos. Y no es que estén ofreciendo a cambio muchos votos o buenas prácticas políticas; lo que venden es más ruido que rentabilidad electoral. Intentan cambiar cacahuates por curules, alcaldías y puestos en el Gabinete estatal. Con el grito de “¿quién da más?” lo que subastan al mejor postor es el parapeto que significan para asustar a la coalición contraria.