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"Opinión"

"La caída del “Afioso”… 18 años después"

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SORTILEGIOZ

    SinEmbargo.MX

    Desde su creación en 2001 y trascendiendo a su fusión con la Policía Federal Preventiva para crear la Policía Federal, la Agencia Federal de Investigación que tituló por primera vez Genaro García Luna, se significó por ser una corporación plagada de corrupción. Los “afiosos” era el mote con el cual se solía identificar a los elementos de ese cuerpo policiaco comandados por el hoy detenido ex Secretario de Seguridad Pública Federal.

    Ciertamente, mayormente representaban los intereses del Cártel de Sinaloa, pero no tenían escrúpulos para servir a otros cárteles en regiones del País donde no estaba la organización criminal de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” e Ismael Zambada García “El Mayo”.

    En Baja California fueron clave en la guerra que por más de 20 años sostuvieron las huestes del Cártel Arellano Félix contra las del Cártel de Sinaloa. “Los afiosos” estaban con los de Sinaloa, y aquellos que destacaban en Tijuana se convertían en una tropa de ladrones con charola para extorsionar, robar, secuestrar, traficar con drogas e incluso asesinar.

    Muchos son los casos documentados en varios estados de la República sobre los excesos en la Agencia Federal de Investigación; en esta parte del norte del País, Baja California, víctimas, testigos e incluso criminales infiltrados en otras corporaciones policíacas, denunciaron de forma anónima los abusos y actos de corrupción dela AFI que comandaba Genaro García Luna.

    Sin embargo los gobiernos panistas siempre confiaron en él. Si Vicente Fox Quesada lo hizo titular de la AFI durante la mayor parte de su sexenio, Felipe Calderón Hinojosa le dio la Secretaría de Seguridad Pública Federal los seis años de su administración. Los señalamientos de corrupción nunca cejaron, ciertamente se incrementaron a la salida de los gobiernos del PAN de Los Pinos.

    Durante el sexenio de Calderón, en medio de la guerra contra las drogas, era evidente y denunciado en este País y en otros, que el cártel del sexenio era el de Sinaloa, como con Enrique Peña Nieto fue el Cártel Jalisco Nueva Generación.

    En todo momento, Genaro García Luna contó con el apoyo de las autoridades de los Estados Unidos en dos administraciones, la de George W. Bush y la de Barack Obama. La primera fue la promotora, en 2008 ya con García Luna como Secretario de Seguridad federal, de la Iniciativa Mérida, un ambicioso proyecto para el combate al crimen organizado con una política binacional, centrado en dotar al Gobierno mexicano de recursos económicos por mil 600 millones de dólares, incluidas entregas en especie y capacitaciones, todo lo cual fue administrado mayormente por el hoy preso ex funcionario.

    No es la primera ocasión que un alto mando de la seguridad en México termina en prisión, pero sí la primera que el detenido goza de un periodo largo de impunidad. En 1996 el Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, también en respuesta a políticas de combate a las drogas del gobierno de los Estados Unidos, creó el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas, y nombró titular al General Jesús Gutiérrez Rebollo, un años después, en 1997, el General fue aprehendido. Con investigaciones del gobierno de los Estados Unidos lograron fincarle cargos por soborno, facilitar el tráfico de cocaína y obstrucción de la justicia, cuando fue descubierto que aceptó sobornos del cabecilla del Cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, a cambio de obstruir la justicia, entregarle información privilegiada de investigaciones oficiales y facilitarle el tráfico de cocaína en México y hacia los Estados Unidos.

    Básicamente esos son los mismos cargos que hoy pesan sobre Genaro García Luna, y esta vez también, basados en investigaciones realizadas en los Estados Unidos. La diferencia es que en 1997, el Presidente Ernesto Zedillo fue notificado y actuó en consecuencia, primero cesando al General Gutiérrez Rebollo para después aprehenderlo, y con García Luna debieron transcurrir 18 años para que la justicia llegara, a pesar de los señalamientos de autoridades, de las denuncias públicas, y los múltiples reportes periodísticos que se hicieron sobre la corrupción que rodeó al ex Secretario de Seguridad desde inicios del milenio.

    En el expediente judicial que se desarrolla en la Corte Federal de Brooklyn -la misma donde se enjuició y sentenció a “El Chapo” Guzmán- refiere investigaciones de actividades criminales por parte de García Luna desde el año 2001. Relatan textualmente:

    “De acuerdo a la averiguación y otras presentaciones judiciales por parte del gobierno, de 2001 al 2012, mientras ocupaba posiciones de alto grado en el gobierno de México, García Luna recibió millones de dólares en sobornos por parte del Cártel de Sinaloa, a cambio de proveerles protección para sus actividades de tráfico de drogas. De 2001 a 2005 García Luna tituló la Agencia Federal de Investigación en México y de 2006 a 2012, sirvió como Secretario de Seguridad Pública federal, controlando la Policía Federal mexicana. A cambio de los pagos de sobornos, el Cártel de Sinaloa obtuvo seguridad para la transportación de sus cargamentos de drogas, información oficial acerca de las investigaciones contra el cártel, e información sobre los cárteles rivales, de este modo facilitándoles la importación de toneladas de cocaína y otras drogas a los Estados Unidos. En dos ocasiones, el cártel personalmente envió los sobornos a García Luna en maletas conteniendo entre 3 y 5 millones de dólares. De acuerdo a reportes financieros obtenidos por el gobierno, para el tiempo en que García Luna asentó su residencia en los Estados Unidos en 2012, él había amasado una fortuna personal de millones de dólares”.

    Genaro García Luna fue sujeto de investigación por autoridades extranjeras, y por periodistas de investigación tanto de México como de los Estados Unidos, desde que encabezó la AFI, no lo fue así para el Gobierno mexicano.

    Todavía en noviembre de 2018, cuando Reynaldo Zambada García “El Rey”, hermano de “El Mayo” Zambada y en su momento el cabecilla del tráfico de drogas del Cártel de Sinaloa en la Ciudad de México, lo señaló directamente en el juicio contra Guzmán Loera en la misma corte de Brooklyn, de haber recibido sobornos por 3 y 5 millones de dólares, las autoridades mexicanas lo protegieron. Ni la entonces Procuraduría General de la República inició investigación, ni el Gobierno federal se posicionó al respecto. Ahora que en la Corte del Distrito Este de Nueva York, han armado un expediente que permitió la captura el 10 de diciembre de 2019 de García Luna en Texas, entonces la Fiscalía General de la República emite un comunicado informando que integra una carpeta de investigación para en su momento, solicitar una orden de aprehensión contra el ex Secretario de Seguridad y la respectiva extradición a este país. De risa.

    Por los tres casos que enfrenta por conspiración para traficar cocaína a los Estados Unidos, y el de declaraciones falsas (mintió/ocultó su relación con el Cártel cuando en 2018 pretendió naturalizarse en los Estados Unidos), el ex funcionario de los gobiernos de Fox y Calderón podría obtener entre 10 años y cadena perpetua de prisión, en México eso suena lejano, especialmente cuando tardaron 18 años en investigarlo.

    Así la impunidad en un país en el cual los corruptos gozan de libertad, no tienen órdenes de aprehensión, y los criminales cabecillas de los cárteles de las drogas delinquen en libertad, con esa saciedad que les provoca un contexto de corrupción e incapacidad institucional. Quien sabe, igual en 18 años, Enrique Peña Nieto termina investigado, o Ismael Zambada García, el narcotraficante más impune de todos… de Nemesio Oseguera Cervantes ni hablamos, el sexenio pasado fue el suyo, y su Cártel Jalisco Nueva Generación se mantiene en la presente administración.