En Culiacán, cada vez es más cuestionado disparar balas al aire durante las celebraciones navideñas, a pesar de ello, todos los años sucede igual. No hay poder (ni de la administración ni de la sociedad) que haga entender los riesgos que ello significa para mucha gente inocente, incluso infantes en muchos de los casos.
Una persona herida o fallecida por una bala perdida es consecuencia de una acción irresponsable -e ilícita- de disparar un arma de fuego al aire. ¿Qué objetivo tiene para la gente disparar de esa manera? No encuentro otra razón más que el deseo de mostrar poder. Una forma de comprobar que la ilegalidad manda ante las tibias amenazas de la autoridad por controlar algo que evidentemente está totalmente fuera de control.
En más de una ocasión he comparado esta peligrosa costumbre de disparar al aire con la irresponsable costumbre de manejar un automóvil a exceso de velocidad. Después de todo, la bala no es peligrosa, lo peligroso es la velocidad que adquiere cuando viene en caída libre, igual que cuando se dispara directamente a alguien. Lo mismo podría decir de los vehículos motorizados, no son peligrosos, pero una vez que se les aplica velocidad, se convierten en una constante amenaza para gente inocente. Cada año mueren 1.3 millones de personas en el mundo de forma “accidental” por la irresponsable forma de manejar un automóvil.
Podrá decirse que estos hechos viales (erróneamente llamados accidentes) son generados por la necesidad de desplazarse de un lugar a otro en la ciudad. Y estos desplazamientos requieren de cierta velocidad para cumplir satisfactoriamente el objetivo, aunque todos sabemos que existen límites de velocidad permitidos.
Me atrevo a denunciar que quienes exceden los límites de velocidad en Culiacán no son la excepción. De hecho se ve casi normal en la ciudad. Incluso, circular a velocidades debajo de las permitidas provoca disgusto al resto de los automovilistas que no dudan en reprochártelo. El mayor reclamo de la sociedad siempre ha sido contra lo que afecte su cómodo desplazamiento en automóvil (baches, topes o pasos peatonales). Conducir a exceso de velocidad llega a ser tan adictivo para mucha gente como para otros disparar armas de fuego al aire.
En esta ciudad abunda la ilegalidad “casi permitida”. De igual forma una persona dispara balas al aire como otra maneja a velocidad indebida. Ambas acciones son ilegales y conllevan un riesgo potencial de herir o matar a inocentes; niños, niñas o personas mayores en muchos de los casos. No debemos responsabilizar a la persona que quiere cruzar la calle ni a la que desea celebrar las navidades al aire libre. Ambas ejercen un derecho.
Disparar un arma de fuego al aire, como conducir un vehículo a exceso de velocidad son acciones irresponsables. Un automóvil mata igual que una pistola si se usa indebidamente. Las nuevas modalidades terroristas en Niza (2016) y Barcelona (2017) nos lo han demostrado. Pensemos siempre al poner las manos en el volante que equivale, literalmente, a poner el dedo en el gatillo.
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