Editorial
Hoy arranca en Culiacán una nueva edición de la Expo Agro Sinaloa 2020, uno de los eventos más importantes de la agricultura en México y vale la reflexión de la irrupción de un nuevo Gobierno federal y sus políticas hacia la agricultura sinaloense.
El ambiente en el que arrancará la Expo no es el mejor para los agricultores sinaloenses, aun y cuando el evento se organizó con todas las de la ley y con ganas de que sea mejor que pasadas ediciones, los productores llegan con mal sabor de boca.
Un Gobierno federal jamás va a negar el apoyo a los agricultores en el discurso, pero sus acciones denotan sus intereses y sus querencias, y para los agricultores locales quedó claro que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no los tiene entre sus prioridades, la confección del Presupuesto de Egresos 2020 fue muy clara.
Es válido que un Presidente tenga su estrategia y sus prioridades, y que entre ellas se encuentre la agricultura a pequeña escala, quizá la que más ha sufrido en tiempos de la globalización y el capitalismo salvaje que vivimos actualmente.
Sin embargo, lo que no se vale es abandonar a los agricultores, grandes y medianos, o lo que podemos llamar “agricultura comercial”, y que son la mayoría en Sinaloa.
Bien o mal, los productores sinaloenses han conseguido desarrollarse en un mundo sumamente competido a nivel internacional y dejarlos al garete significa poner en riesgo una base económica y social muy importante para México.
Es importante mencionar algunos argumentos de los funcionarios de la 4T, que fuera de discurso critican a los productores sinaloenses por haber recibido ayuda durante décadas, pero no pueden responsabilizarlos a ellos del olvido que se hizo con los pequeños agricultores.
Es tiempo de crecer juntos, apoyar a los que más lo necesitan, pero no condenar al olvido a lo que han conseguido salir adelante.
