Hoy se cumplen tres meses del homicidio de Javier Valdez, periodista sinaloense llorado más allá de las fronteras mexicanas.
El esclarecimiento de su crimen pone a prueba al mismo Presidente Enrique Peña Nieto, quien asumió la investigación, supuestamente, como una prioridad para su Gobierno.
Mientras no haya verdad ni justicia para Javier y sus deudos, eso sólo será retórica.
La verdad de las cosas es que tanto la Fiscalía General del Estado como la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión han mostrado más miedo que determinación.
A tres meses no hay avances, no tienen claro, hasta hace poco no habían interrogado a Dámaso López Núñez, detenido desde inicios de mayo.
Entrevistar a Dámaso es clave. Una de las hipótesis gira en torno a una entrevista que Javier le hizo tres meses antes del homicidio.
Tampoco habían declarado otras personas cercanas a esta historia. Eso llama a sospecha, pues lo más básico es eso, que interroguen a quien puede dar más pistas.
Desconocemos si en días recientes ya lo hicieron.
Pero por omisión o negligencia, las fiscalías encubren a los responsables intelectuales y materiales de este asesinato, y eso es complicidad.
Cercarán Palacio
de Gobierno
Para insistir en el reclamo de justicia para Javier Valdez, hoy se hará un cerco simbólico en el Palacio de Gobierno.
La cita es a partir de las 8:30 horas. Vayamos, pues, a decirles que no nos cansaremos, a gritarles que nosotros no tenemos miedo y a recordarles el reto, si así nos la jugamos los periodistas, así deben jugársela los responsables de procurar justicia.
Quizá haya quienes digan que la protesta debe ser en la Fiscalía, porque es autónoma.
Pero, por favor, seamos francos: en México el poder funciona en torno al jefe político, y en la tradición de este país, ese jefe político es Quirino Ordaz Coppel.
El Gobernador es al primero a quien hay que reclamarle. Y el primer responsable de asegurar nuestra libertad y vida.
Él propuso a Juan José Ríos Estavillo como Fiscal, pues a él entonces, hay que exigirle: verdad y justicia para nuestro colega, Javier Valdez.
Caso por caso
El crimen de las enfermeras de Mazatlán y su acompañante entrará desde hoy en la parte legal-penal, donde ya no habrá lugar a las especulaciones.
Aquí, en el estricto sentido del derecho, es lo que se puede probar con evidencias, no lo que se supone que fue.
Por eso, la Fiscalía General de Estado debe construir un caso ejemplar, para dar el mensaje de que la impartición de justicia será una piedra angular de la administración de Quirino Ordaz Coppel.
Impartir justicia en Sinaloa siempre ha sido una quimera.
En un estado donde el índice de impunidad en los homicidios dolosos es del 91 por ciento, ¿quién puede tener la certeza de que la confianza ciudadana abona a la credibilidad de las instituciones?
El ciudadano es el primero que termina por aceptar esa amarga realidad y se desquita desbocado en las redes sociales.
Este caso, insiste este Centinela, debe ser ejemplar si el mensaje quiere ser claro, pero si sólo es parte del tren de la simulación, pronto la temperatura del hartazgo social subirá hasta que la calentura ya no tenga remedio.
No a la simulación
El Colectivo de Mujeres Activistas Sinaloenses cuestionó la Alerta de Género, porque ésta no ha dado resultados en disminuir los crímenes contra las mujeres.
La alerta ha servido para organizar algunas mesas de trabajo, dos o tres discursos y justificar el trabajo de alguna dependencia, mientras los feminicidios siguen a la orden del día.
La elevada impunidad también en estos casos es un termómetro de hartazgo y desconfianza social...
¿Y los drones?
El Ayuntamiento de Mazatlán, a pesar de su plan de austeridad tan cacaraqueado tiene pequeños drones a su disposición, lo que no ha informado es si los compró o si los renta para documentar ciertos hechos.
El caso es que sólo en dos ocasiones los ha “presumido”, para captar la imagen de la entrega de los 10 camiones recolectores de basura el mes pasado, y ¿para qué cree?, para tomar el mejor ángulo de uno de sus eventos, donde cantó Chuy Lizárraga, el domingo pasado.
Es evidente que al Gobierno mazatleco le interesó más difundir una imagen desde los aires de cuánta gente asistió al concierto, por ejemplo, que mostrar cómo quedó la ciudad tras lluvias el sábado pasado, un día antes de la presentación del cantante.
Por cierto, todavía hay daños en colonias que nadie ha atendido.
Con el dron se habría evidenciado lo anegado que resultó el Centro Histórico, según lo difundieron los propios vecinos horas después de la lluvia, y el desastre en algunas avenidas.
Todo parece que el dron se usa para los “grandes eventos” que muestren el lado bonito.
Por cierto ¿cuánto costarían esos drones?, porque se compraron con recursos públicos.