Rafael Morgan Ríos
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Varios comentaristas y estudiosos que han analizado el rumbo que parece llevar el país, ante las decisiones, declaraciones y hechos del Presidente López Obrador, ven una clara tendencia hacia una economía de estado, un autoritarismo presidencial y un control absoluto de las organizaciones sociales y de las instituciones ciudadanas y políticas y es que, como dice la anécdota: “algo que tiene plumas como ganso, camina como ganso y grazna como ganso... es ganso”, y eso se demuestra con los siguientes hechos:
1. El factor que pareciera más claro es el de la militarización de muchas actividades económicas, sociales y políticas. Nunca como ahora el Ejército, la Marina y la nueva Guardia Nacional, han recibido tantas encomiendas en asuntos que no son de su incumbencia. El Presidente sólo en el Ejército confía y se apoya.
2. En el aspecto económico es clara la intención presidencial de estatizar la economía aun frente a los fracasos de Pemex y las limitaciones de la CFE, de Nafin, del Fira, etc.
3. Además, está también clara la intención de debilitar a la iniciativa privada, atosigándola, desprestigiándola y bloqueándola, quitándole proyectos, aumentando tarifas como las de CFE con el llamado “electrolinazo” a las grandes industrias automotrices.
4. Es evidente la centralización casi total de las decisiones de gobierno en manos del Presidente. Con pocas excepciones los secretarios de Estado “no pintan”, no deciden y cuando lo hacen corren el riesgo de ser desautorizados, a grado tal que, usando las mismas frases del Presidente, están ahí como “floreros”.
5. Casi no requieren comentarios los enfrentamientos constantes del Presidente contra los medios de comunicación, utilizando la fuerza de un Presidente para denostar, reírse y tratar de desprestigiar a columnistas, reporteros y dueños de prensa, radio y televisión ante cualquier crítica que le hacen. Actualmente los medios de comunicación son la única oposición ante el poder presidencial.
6. Ha sido notoria y notable la neutralización y debilitamiento de las instituciones ciudadanas como la CRE, la CNDH, el INE y el TRIFE y hasta el Banxico y el INEGI, sustituyendo titulares con gente incondicional para controlar su capacidad ciudadana de opinar y actuar libremente frente al poder público.
7. El triunfo electoral le dio al Presidente el control del Poder Legislativo con mayoría casi absoluta de diputados y mayoría en el Senado, con lo que ha podido emitir las leyes que convienen a las intenciones por las que quiere llevar al país. Pero también pretende controlar el Poder Judicial con nombramientos de magistrados a su gusto y a su favor. La división de poderes se ha debilitado.
8. El federalismo también está en riesgo; a través del presupuesto controla a gobernadores, tanto los de su mismo partido como los de oposición; éstos han tenido que formar su propio grupo de defensa para exigir no sólo su parte del presupuesto, sino para denunciar las deficiencias del llamado “pacto fiscal”.
9. El Ejecutivo maneja el presupuesto a su antojo: decreta recortes, asignaciones, transferencias sin el conocimiento y control de la Cámara de Diputados. Los proyectos presidenciales no sufren ningún recorte; Pemex recibe asignaciones adicionales y sectores como salud y medio ambiente sufren por falta de recursos.
10. Llama la atención la falta de actuación del poder público frente a flagrantes violaciones a leyes y derechos como la toma de casetas por meses, el bloqueo de trenes y carreteras, la toma de dependencias oficiales, sin que la policía o el Ejército actúen y solo lo hacen cuando la opinión pública y las empresas lo denuncian. Como que se quiere dejar que eso crezca en contra de empresas y ciudadanos para justificar el uso de las fuerzas armadas en forma masiva.
11. También llama la atención el “acercamiento” del gobierno con la delincuencia organizada, como la mamá del “Chapo” Guzmán y de éste mismo; la falta de acción ante las ejecuciones y los desaparecidos han convertido a este régimen en el que ha tenido récord de homicidios, feminicidios e infanticidios, sin que se vea una política para detenerlos.
Quedan por comentar otros factores que parecen conducir a lo mismo; todo indica que se pretende provocar una crisis de anarquía para usar al Ejército en la instauración de un régimen presidencial autoritario; este fue el camino de Chávez en Venezuela y ahora es el de Maduro o el de China con Mao Tse Tung.
Esto sólo lo pueden detener y revertir los mexicanos conscientes y organizados que realmente busquen el Bien Común.
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