La buena noticia para el Partido Acción Nacional en Sinaloa es que ganó la posibilidad de convertirse en el dirigente estatal el candidato que proponía una refundación del partido en el estado, Juan Carlos Estrada.
La mala noticia consiste en que la elección sirvió para demostrar los despojos en que se ha convertido una institución que alguna vez fue un ejemplo de democracia y participación.
Estrada venció a Adolfo Rojo Montoya y lo venció bien, pero los resultados nos dicen que el reto que tiene enfrente será descomunal, los panistas apenas si salieron a votar, dejando en claro que el partido se encuentra, no en decadencia, sino en la lona.
Los números preliminares nos dicen que apenas votó alrededor de la mitad del padrón, revelando dos cosas: la pérdida de la ilusión de los panistas y la existencia de muchos “panistas maruchan”, los que aparecieron de manera instantánea cuando había poder y que ahora no los encuentran ni debajo de las piedras.
Los números
En el padrón panista de Sinaloa hay 8 mil 632 miembros con capacidad de votar, de los cuales solo se presentaron ante las urnas alrededor de 4 mil 500, poco más del 50 por ciento.
Esos nos dice que muchos militantes han perdido la fe en su partido, ven la caballada muy flaca, no hay expectativas de triunfos futuros o simplemente casi la mitad del padrón no son en realidad panistas, sino “turistas blanquiazules”.
Juan Carlos Estrada pensaba ganar dos a uno, pero apenas consiguió entre 2 mil 500 y 2 mil 700 votos, lo que le aseguró el triunfo con sabor a “tigre de una rifa”.
Adolfo Rojo Montoya apenas consiguió poco más de 2 mil votos, según las cuentas preliminares, muy lejos de la victoria que esperaban
Su equipo esperaba ganar cómodamente Mazatlán, y sí consiguieron una victoria en el puerto, pero fue una victoria pírrica, incapaz de cambiar los resultados totales de la elección.
También esperaban salir muy arriba en Salvador Alvarado, pero las cosas no les salieron como querían.
Rojo Montoya traía a muchos líderes, pero se olvidó de los panistas de a pie, y en el blanquiazul todos votan.
La cara de la derrota
Adolfo Rojo Montoya, ex candidato a la dirigencia estatal del PAN, ya sabía que iba a perder el proceso interno en contra de Juan Carlos Estrada, se le notaba en la cara que puso durante el debate que lo enfrentó cara a cara con su contrincante.
El miércoles pasado, en el Casino de la Cultura de Culiacán, el debate no sirvió para ver a dos candidatos pelear por la victoria, fue un mero formalismo donde se pudo ver que Rojo Montoya ya se sentía derrotado.
Lo hizo saber, también, cuando su equipo anunció que impugnaría el proceso interno, reclamando las acusaciones en su contra realizadas por Estrada durante el mes que duró la campaña interna y sobre todo durante el debate.
La presunta impugnación era una forma de decir que estaban perdidos y que le apostaban a una estrategia legal, para intentar tumbar la victoria de Estrada en el futuro.
El problema de esta estrategia es que sólo funciona cuando pierdes por poco, no por más de 500 votos.
Mal se vería el equipo de Rojo Montoya reclamando que perdió porque lo acusaron de “mover los hilos” dentro de la actual dirigencia estatal, cuando Sinaloa entero sabía que mecía la cuna de Sebastián Zamudio.
La estrategia fallida
El equipo de Adolfo Rojo Montoya trazó su estrategia en ganar Mazatlán, el bastión panista donde esperaba sacar una ventaja considerable, números que le permitirían remontar cualquier ventaja de Juan Carlos Estrada en los otros municipios.
Y para conseguirlo se asoció con los grupos de panistas más fuertes del municipio: Alejandro Higuera, Nadia Vega y el propio grupo de Rojo Montoya.
El problema de esta estrategia es que Alejandro Higuera fue un gran líder panista… hace algunos años, y los panistas que lo recuerdan, ya no se acuerdan de su primera administración dorada, se acuerdan de la tercera: caos y soberbia.
De Nadia Vega ya no queda nada o muy poco, los panistas que la acompañaron se desintegraron con el tiempo.
Así que Rojo Montoya llegó a la campaña muy bien acompañado teóricamente, no se dio cuenta que lo acompañaban fantasmas.
El reto de Estrada
El futuro del PAN en Sinaloa ahora está en manos de Juan Carlos Estrada y su equipo, el problema es que se va a dedicar a administrar las cenizas de un partido que alguna vez fue la primer fuerza del estado y que hoy vive de los recuerdos.
Bien haría Estrada en tirar a la basura el padrón repleto de falsos panistas y se dedica a construir uno nuevo, por lo menos tendría en las listas a los que realmente les importa el blanquiazul.
Para empezar, veremos si es capaz de sacudir las entrañas de lo que queda, de mecer el árbol, a ver si de una vez se caen todos esos líderes maduros que ya no aportan nada bueno y que representan los errores del pasado.
También será interesante verlo enfrentarse a la dura realidad que representa intentar hacer política en un estado donde los colores de otros partidos pesan más y donde su representación se limita a una muy limitada representación en el Congreso del Estado.
Con Morena en el Congreso y con un PRI en el Gobierno estatal, el margen de maniobra de Estrada será muy limitado.
La buena noticia
Quizá, lo mejor que tiene el PAN en Sinaloa, actualmente, es que difícilmente puede estar pero, así que lo que haga su nueva dirigencia estatal se notará.
Juan Carlos, su dirigente estatal electo, prometió reconstruir el partido, regresarlo a su origen, remendar lo que ya no funciona, vamos a ver hasta dónde es capaz de cumplir con sus promesas.
La otra buena noticia para los panistas es que comienza una nueva era, donde los viejos “caciques del poder” estarán en problemas para regresar.
Ahora, que nadie olvide que en política nadie puede asegurar un triunfo hasta que esté sentado en la silla, todo lo demás es una ilusión.