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Hay personas que lamentan no tener amigos ni quién las escuche, comprenda y acompañe. Sin embargo, equivocan su enfoque: se han dedicado a buscar compañía cuando lo fundamental es buscar a quién acompañar.
La filosofía del acompañar está muy presente en la oración de San Francisco de Asís: “Concédeme que no busque ser consolado sino consolar; que no busque ser comprendido sino comprender; que no busque ser amado sino amar”.
En este tiempo de pandemia muchas familias sufren depresión o lamentan la pérdida de un ser querido; es ahí donde tenemos que poner en práctica nuestra filosofía del acompañar.
Alan D. Wolfelt, especialista en acompañamiento de duelo, especificó:
“1. Acompañar se trata de estar presente para el dolor de otra persona; no de hacer que su dolor desaparezca.
2. Acompañar se trata de ir al desierto del alma con otro ser humano; no de creer que somos responsables de encontrar la salida.
3. Acompañar se trata de honrar el espíritu; no de enfocarse en el intelecto.
4. Acompañar se trata de escuchar con el corazón; no de analizar con la cabeza.
5. Acompañar es dar testimonio de las luchas de otros; no de juzgar o dirigir esas luchas.
6. Acompañar se trata de caminar al lado; no de conducir o ser conducido.
7. Acompañar se trata de descubrir los dones del silencio sagrado; no significa llenar con palabras cada momento.
8. Acompañar al que sufre se trata de quedarse quieto y en silencio; no de querer moverse frenéticamente hacia adelante.
9. Acompañar se trata de respetar el desorden y la confusión; no de imponer orden y lógica.
10. Acompañar se trata de aprender de otros; no de enseñarles.
11. Acompañar se trata de tener una actitud de curiosidad y no de expertos”.
¿Practico el acompañamiento?