"Fake news y hackers, par ruin en Sinaloa"
¿Políticos patrocinan ataques a medios?
Porque para la guerra política las noticias falsas son más eficaces que la información debidamente investigada y corroborada, circuló el viernes una noticia irresponsable que daba cuenta de la rendición del sector empresarial sinaloense ante los pies del Senador Rubén Rocha, en el evento en que éste rindió su segundo informe legislativo. La cuestión sería irrelevante a no ser por el cruce de las dos estrategias en las que transitarán las campañas en 2021: las fake news asediando a la opinión pública, mientras los medios formales de comunicación son atacados para cerrarles a las audiencias el acceso al periodismo auténtico.
Así, el fin de semana ganó terreno el inmenso mercado del morbo que para ser atendido requiere de seudo comunicadores que con tal de satisfacer apetitos personalísimos sacrifican, o les vale, el objetivo cardinal periodístico de aportar elementos lo más creíbles posibles para coadyuvar a la adecuada toma de decisiones ciudadanas. El griterío que desquicia la legalidad y buenas prácticas de la comunicación masiva se anotó otro episodio a su favor.
Aparte de la impunidad con que ocurre la alteración de la realidad, con tribunas históricamente íntegras que son tumbadas por los hackers al servicio de intenciones nefastas aunado a la servidumbre de la desinformación que sin credibilidad alguna se contrata al servicio de mafias de poder, está la complicidad, por omisión, de instituciones de gobierno que debieran investigar, esclarecer y sancionar este tipo de delitos.
Los ataques contra Noroeste continuaron de manera ininterrumpida el viernes, sábado y domingo y la acometida es desigual. Los que violentan la libertad de expresión y derecho a la información haciendo gala de enormes posibilidades tecnológicas y económicas; los medios en la tarea de 24 horas al día y en el contexto de las muchas crisis actuales, en el intento de cerrarles las ventanas de injerencia a la delincuencia cibernética y mitigando las agresiones a la vez.
Y allá lejos, en la indiferencia, los gobiernos federal y estatal que son eficientemente capaces de localizar y desactivar hackeos a sus sistemas informáticos, inclusive de restringirles el espacio cibernético a los críticos, sin que les cause preocupación que cinco medios de información de Sinaloa estén simultáneamente en la mira de alguien, o de algunos, que quieren dejarles la cancha libre a sus noticias falsas a través de silenciar el periodismo.
Es la guerra política. No la que viene con el proceso electoral en marcha sino aquella que mediante el lodo pretende obtener postulaciones en los partidos, inclusive ganar elecciones, mucho antes de lo determinado en las reglas y tiempos comiciales. Antes de ganar legitimidad para ir por el voto, hay actores de la sucesión en Sinaloa que van por victorias tramposas a través de invertirles incalculables cantidades de dinero a la fake news y a la inhabilitación de trincheras periodísticas que estorban a sus fines aviesos.
Sin leyes ni justicia para ilícitos consumados en el ciberespacio, la invisibilidad de los agresores es patente de impunidad. Las plataformas digitales se transforman en madrigueras perfectas y aquellos que ejercen el servicio público en lugar de rescatarlas para la comunicación socialmente útil son los primeros en blandirlas como agujas envenenadas con embustes contra todo y todos, alevosamente destructivas.
¿Acaso es mera casualidad que se atente contra las páginas web de medios de comunicación y procedan a la par las “manos negras” para liberar contenidos alterados que se presentan a los públicos como información ajustada a las reglas elementales del periodismo? ¿Basta con que el emisor alegue en defensa propia, una vez causado el pretendido efecto embaucador, que fue engañado por sus fuentes informativas? ¿Entonces, si fue víctima de tal trampa por qué no delata a los que lo dejaron en ridículo?
Tampoco significa que estemos descubriendo el hilo negro de la manipulación informativa. Pero no por tratarse de prácticas añejas que en 2016 influyeron en la elección que llevó a Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, obligan a que periodistas y medios nos quedemos de brazos cruzados a contemplar cómo la infoxicación despedaza una profesión y muchas tribunas que con un alto costo de luchas y vidas han sido construidas y puestas al servicio de los sinaloenses. Noroeste, por ejemplo, ya lleva 47 años navegando contra el viento y la marea del autoritarismo y la corrupción organizada.
Es decir, en tanto sabemos (en términos ajustados a la jerga popular) quién mató la vaca y quién le agarró la pata, necesitamos librar nuevas cruzadas contra la ofensiva de los intolerantes. No es la primera vez que las libertades reciben acometidas casi siempre desde la cobardía de los que no dan la cara, ni tampoco es tiempo de abandonar la defensa de lo que no es propiedad de un reportero ni de una tribuna sino conquista de los ciudadanos en conjunto.
La tecnología de la información y comunicación es reparable y renovable. Ojalá que la fuerza de los malhechores cibernéticos se dirija siempre a los softwares y nunca más contra la integridad física de periodistas y directivos de los medios. Y no es súplica; es el instinto de sobrevivencia tratando de ganar tiempo hasta que algún día la ley meta en cintura a quienes ataquen las libertades y derechos humanos, sea la agresión por las vías que sean y venga de quien venga.
Reverso
Para candidaturas raquíticas,
Las emboscadas cibernéticas,
Son eficaces armas políticas,
De ambiciones tan frenéticas.
El octavo mandamiento
Se pretende, por la misma vía de la falacia, asentar la versión de que la Senadora Imelda Castro ya le dejó la cancha libre a la posible postulación de Rocha Moya a la gubernatura por Morena y que, además, juega a favor de la aspiración del ex Rector de la UAS. Se dijo que Rocha operó para que Imelda fuera electa vicepresidenta de la Mesa Directiva del Senado y que decidió ella hacer aparte su segundo informe legislativo para dejarle todos los reflectores al lucimiento del morenista compañero de Cámara. Las dos cosas son mentiras. Y eso que el Papa Francisco acaba de recordar en plena época de las fake news el octavo mandamiento: no darás falso testimonio ni mentirás.
alexsicairos@hotmail.com