Juan Alfonso Mejía López
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@juanalfonsML / Juanalfonsomejia.mx
El programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) ha sido calificado por organismos internacionales de la talla del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) como uno de los programas más exitosos de la historia educativa contemporánea en México. Se construye básicamente a partir de dos variables: la jornada ampliada y la alimentación escolar; mientras la primera garantiza mayor tiempo de las y los niños en la escuela, hasta dos horas y media más, la segunda se asegura de la nutrición de los educandos.
El impacto del PETC se mide con relación a la función de nuestras escuelas. En aprovechamiento escolar, la mitad de las y los niños que han asistido con el Presidente de la República por contar con las mejores calificaciones del estado, provienen de una escuela de tiempo completo. Pero no sólo eso, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Sinaloa tres de cada 10 hogares son liderados por una JEFA de familia mientras que, en siete de cada 10 trabajan ambos padres de familia. Para cuatro de cada 10 niños y niñas, la comida escolar puede llegar a representar el platillo más nutritivo que realicen en el día, a ello se debe que el programa este mayormente focalizado en zonas de alta y muy alta marginación.
El programa sufrió modificaciones con miras ampliar su radio de acción durante los últimos doce años, pero nunca se tocó la posibilidad de su desaparición. Todo lo contrario, los niños asisten 4.5 horas al día a la escuela, cuando la tendencia mundial gira en sentido contrario, con 6 o 7 horas al día.
Cuando el 15 de noviembre se turnó el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) al Congreso de la Unión, sin considerar el PETC, además de otros programas exitosos, sonaron las alarmas. ¿Qué significaría para las familias sinaloenses la desaparición de un programa de este calibre?
Por ejemplo, imaginemos a una jefa de familia teniendo que salir de su trabajo dos horas y media antes, ¿lo entenderá su empleador? Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 6 años, desde entonces fuimos mi madre y yo hasta mis 19 años. Mi madre no tenía opción, tenía que salir a partirse la vida para su hijo saliera adelante, tal y como la amplia mayoría de las madres de familia en la actualidad; sé de lo que estoy hablando, no es una historia de escritorio, es una experiencia de vida.
O bien, ¿qué pasaría con aquellos niños que llegan a la escuela sin desayunar o, con un gansito para toda la mañana? Mi abuela, que era maestra, solía preguntar en clase quién no había desayunado esa mañana, para luego pedirle le trajera de casa algo que "se le había olvidado"; en pocas palabras, "panza llena, corazón contento". Por cierto, uno de esos niños llegó a ser Rector del Tecnológico de Monterrey en la zona sur, y es a una de las personas a quien debo su orientación y apoyo para obtener una beca durante mis estudios universitarios.
El viernes pasado fue votado el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, con la inclusión del PETC. El compromiso de los legisladores, la vocación de los maestros y el clamor de las familias fue escuchada. De manera especial subrayo a una gran aliada, la presidenta del DIF en Sinaloa, Rosy Fuentes de Ordaz, quien me dijo de manera franca y abierta: "Juan Alfonso, ¿qué hacemos para ayudar a las familias en tanto no se decide la votación en el Congreso?"
Gracias a la convicción del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, la determinación de la presidenta y la conducción de la directora del DIF, Connie Zazueta, el Sinaloa las familias y los maestros no se quedaron solos. SEPyC y DIF implementamos el Plan Alimentario Emergente mediante la selección de 41 mil niños y niñas, con una inversión de 18mdp, "en tanto no se decidía" la votación en el Poder Legislativo.
Sí, hay razones para el optimismo, porque no estamos donde iniciamos; sin embargo, estamos lejos de posicionarnos donde lo necesitamos. La aprobación del presupuesto garantiza sólo la mitad del recurso necesario para el impulso a este programa. Se necesitaban 10 mil mdp, y sólo se aprobaron 5 mil 100; durante el ciclo fiscal 2020, se cometió el mismo error, al recortarle 50 por ciento al programa. En Sinaloa, dicha medida nos llevó a garantizar la continuidad del programa hasta el pasado mes de junio al recibir 223mdp, en lugar de 486.
Habría sido un error cancelar el programa en el 2021, pero asignarle sólo el 50 por ciento del recurso necesario como en el 2020, está lejos de ser la panacea. La terca realidad terminará por alcanzarnos, ejemplo de ellos son las jornadas laborales de los maestros, en las que sólo se garantiza la mitad del ciclo escolar o bien, el recorte del número de escuelas incluidas en esta estrategia exitosa para las familias sinaloenses.
Esteban Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública y Marcos Bucio Múgica, Subsecretario de Educación Básica, han sido incansables aliados de Sinaloa en este y otros objetivos. Del Gobernador Quirino Ordaz Coppel recibí una sola instrucción, colocar a Primero a los Niños. Seguiremos dando la batalla a favor de las niñas y los niños... y sus maestros.
Que así sea.