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"OBSERVATORIO"

"Encubre Morena a sus malos alcaldes. Solapar a Estrada, blindar a Chapman"

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OBSERVATORIO

    Tienen razón quienes dicen que los alcaldes de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, y de Ahome, Manuel Guillermo Chapman Moreno, salieron ilesos de la comparecencia de uno y las solicitudes de juicio político contra otro, en las cuales el Congreso del Estado acabó siendo el gran solapador de ambos. Sin embargo, estaría mintiendo cualquiera que sostenga que la bancada del Movimiento Regeneración de la 63 Legislatura hizo valer atribuciones parlamentarias para que los gobernantes rindan cuentas y respondan por actos u hechos que traen consecuencias para los ciudadanos.

    Agazapada detrás de la violencia exacerbada que vivió Culiacán habían pasado intactas tanta cortesía, silencio y complicidad frente a Estrada y Chapman, que dejó en evidencia que la misma fracción del Poder Legislativo que sostiene el férreo bloqueo a todo lo que provenga del Gobernador Quirino Ordaz Coppel, del PRI, es en cambio sospechosamente permisible de las irregularidades que cometan los presidentes municipales de Morena.
    La impunidad selectiva, la que le jode la vida al vecino y le solapa irregularidades a los de casa, asomó durante estos dos eventos donde el desenlace fue el perdón pactado de antemano. Por amnesia también mal intencionada, la otrora combativa fracción morenista dejó ir la posibilidad de redireccionar los gobiernos municipales que les están fallando a los gobernados.
    Durante la comparecencia de Estrada, un día antes del jueves negro en Culiacán, Morena cojeó de la pata de las complicidades y por eludir la línea de los contrapesos indispensables y parejos desestimó posturas como las de sus diputados Pedro Alonso Villegas Lobo y Beatriz Adriana Zárate Sepúlveda que iban a tono con la expectativa social que esperaba que alguien, al fin, le pidiera cuentas claras a Estrada Ferreiro. Cayó inclusive en el exceso de coartar la libertad de expresión de la legisladora Karla Montero Alatorre cuando ella quiso romper el cerco de impunidad tendido alrededor del Alcalde.
    Estrada Ferreiro, como dice la canción de Sabina, lo negó todo incluso la verdad. Al no profundizar en el caso de la joven Alejandra que murió el 5 de septiembre por la negligencia criminal del Ayuntamiento, “para no faltarle el respeto” a la familia de la víctima, según alegó, les asestó a los culiacanenses otro golpe de indiferencia al situarse por encima del mandato popular que lo llevó al cargo negándose a explicar los porqué de sus ineficacias.
    ¡Uta madre! Van a alegar el Alcalde y la “porra” que llevó al Congreso que fue un triunfo la comparecencia, y hasta los diputados de Morena los han de apoyar en sus dichos, pero la victoria de Estrada, al que los legisladores camaradas sacaron en hombros del recinto parlamentario, no lo es mientras abajo los culiacanenses padezcan las consecuencias de tantas trampas letales que la ciudad posee, desde los socavones a punto de brotar en cadena, la tóxica mancha del drenaje que aflora en las alcantarillas, los baches propios de una ciudad bombardeada, la inseguridad que crece sin control y en la cual él sí tiene responsabilidad, así como el autoritarismo propio de un pequeño dictador provinciano.
    Lo del análisis a cinco denuncias ciudadanas para que se instaure juicio político que lleve a la destitución de “Billy” Chapman, fue otro circo morenista. De entre una serie de delitos cometidos, entre éstos la amenaza de muerte a la Síndico Procuradora, Angelina Valenzuela, que denunció actos constituyentes del delito de corrupción; el arresto a la policía Dignora Valdez por reclamar condiciones de trabajo dignas, y ofender a una alumna del Centro de Educación Indígena Inicial de Dos Goros señalándole su “obesidad espantosa”, pues resulta que la Comisión de Puntos Constitucionales y Gobernación no encontró causales para sentar al Alcalde de Ahome en el banquillo de los acusados.
    Por supuesto que los integrantes de la Comisión legislativa que exoneró a Chapman, que mayoritean los morenistas Horacio Lora Olivas, María Victoria Sánchez Peña y Flora Isela Miranda Leal, iba a consumar el salvamento político de Chapman aunque sea en detrimento de la fuerza electoral que tendrá ese partido en la elección local de 2021, a consecuencia de preferir ser compinche que ejercer la representación popular.
    Los ciudadanos le cobrarán a Morena la excesiva confabulación con los alcaldes de su mismo partido. La logística solapadora morenista, a la cual se suma el grupo legislativo priista que ahora juega el rol de cómplice acomedido, procede a cerrar filas en torno a los ediles más incompetentes que hayan tenido Culiacán y Ahome, echando abajo la esperanza de que la Cuarta Transformación librara a la sociedad de modos arcaicos que legitiman lo inaceptable.
    Crónica de una rendición de cuentas frustrada, la fuerza mayoritaria de Morena en el Legislativo marcó con tinta de encubrimiento el camino por el cual ni caso tiene ya que vaya Luis Guillermo Benítez Torres, Alcalde de Mazatlán, a atender la cordial “invitación” para repetir la convivencia que no lo tocará ni con la suavidad de alguna crítica. ¿Para qué ir al mismo circo de los magos ocultapillos?

     

    Reverso
    Qué tanto, Morena, te alegras,
    Por la impunidad prodigada,
    Al lavar a “Billy” y Estrada,
    Con cubetadas de aguas negras.

     

    Informes huecos
    Por cierto, ya entrados en las farsas gubernativas los primeros informes de labores de los alcaldes Jesús Estrada Ferreiro, Luis Guillermo Benítez Torres y Manuel Guillermo Chapman Moreno han de ser paquetes de cuartillas en blanco, porque lo positivo que han hecho en sus respectivos municipios no les alcanza ni para completar una línea del balance. ¿Cuál es la gran obra pública? ¿Cuál la obra política? ¿Pueden pasar sin pena ni gloria por cargos de gobierno que exigen capacidad, voluntad y sensatez plenas? ¿Informan de las negligencias que les han costado la vida a ciudadanos, o de los ataques a las garantías constitucionales?
    alexsicairos@hotmail.com