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"OPINIÓN"

"Enanismo"

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    frheroles@prodigy.net.mx

     

    “El precio de la grandeza es la responsabilidad”.
    W. Churchill

     

    Por la dimensión del triunfo, por el ánimo fundacional, por las frecuentes referencias a la historia nacional, todo parecía indicar, que la megalomanía era el mayor riesgo. Pero no fue así, el enanismo es la verdadera amenaza.

    El Presidente admite sin empacho no saber qué es Cofece, la confunde con el IMCO. También admite no entender qué hace el Instituto “ese de la transparencia”. Para él los órganos reguladores sobran, para qué dos en telecomunicaciones. A partir de su desconocimiento, concluye desapariciones. No entendieron las labores del INEE y lo desaparecieron. Las críticas sistemáticas al INE muestran que desconoce sus responsabilidades y su carga de trabajo. Si hay CRE, CNH y CENACE es por algo. La energía es complicada. Adiós al FONCA, no lo entendieron.

    Los recortes, el “austericidio”, desnudan una ignorancia sobre las responsabilidades de miles de servidores públicos. México es grande y complejo, hacer tabla rasa en los recortes al Sector Salud, incluidos los institutos, muestra un doloroso desconocimiento. Que alguien así, desinformado, que no conoce el mundo, sea Presidente, no tiene que ser trágico. José Mujica no era exactamente un estratega. Vicente Fox desconocía muchas áreas de la administración federal, pero preguntaba. ¿Qué es el Colegio Nacional?, ¿cómo opera la Comisión Nacional del Agua?, ¿para qué serviría la transparencia? Lo ideal es que un Presidente conozca el enorme andamiaje institucional, pero puede aprender en el camino. Así lo hizo Fox.

    Ahora la mecánica es otra: si yo no sé qué es, el problema está en la institución. Qué desaparezca. Dudo que el Presidente sepa de las funciones multilaterales de nuestro Embajador en Viena, o qué es la OIEA, que hace la Unesco o el CIDE, o el Embajador ante la OCDE, o las instancias de DDHH de la ONU. Al plantearse él mismo como medida de la República y no mostrar ningún interés por aprender, está provocando una grave tensión, pero el perdedor será él. ¿Quiénes van a ganar en el mediano y largo plazo, los defensores y productores de las energías limpias y las decenas de millones de consumidores que hay detrás o el intento simplista de volver a los inviables monopolios estatales? La política cavernaria de regresar a las energías fósiles será un golpe brutal al bolsillo de los más pobres, a la salud decenas de millones. Ellos son un actor permanente. Los demás pasarán. El potencial de energías limpias de México se impondrá. Por el retraso y daño habrá factura.

    Que el Presidente desconozca cómo trabaja un investigador y qué significa hacer ciencia es su problema, porque la ciencia en México, los científicos, van a estar allí cuando él salga. Que ponga su salario como tope habla, de nueva cuenta, de su ignorancia de cómo operan los mercados laborales, esos mexicanos que él critica por ganar “demasiado” van a encontrar ofertas fuera del estado. A la larga los salarios de las altas burocracias tendrán que ser revisados. Con esa mecánica no va a ninguna parte, pero México pierde tiempo precioso en combatir la pobreza. Ellos serán responsables. Se tendrán que reponer los hoy amenazados órganos reguladores, son los nuevos anclajes para los inversionistas. Las calificadoras seguirán haciendo su trabajo. El mundo no va dar vuelta en U, México tampoco. La batalla lleva dos años, faltan cuatro. Por las marchas del sábado, algo fuerte se está moviendo. A 18 meses de gestión, AMLO ya es sinónimo internacional de un hombre atrapado por sus obsesiones, peleado con la modernidad, desconocedor del mundo y de la economía.

    Pero AMLO no es México. Este es un gran país que en pocas décadas se democratizó, abrió su economía y se convirtió en potencia exportadora. Esas realidades se impondrán al enanismo, pero el costo será muy alto. A la historia.

    P.D: El País en rojo, 10 mil muertos, muy riesgosa reapertura y el Presidente de gira. ¡Vaya ejemplo! Irresponsable, le diría Churchill.