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@rodolfodiazf
Con las facilidades que brindan internet y las redes sociales se comparte demasiada información y datos que no están corroborados. Como abundan los bulos y las llamadas fake-news es necesario hacer una concienzuda constatación y verificación. En efecto, así como no todo lo que brilla es oro, también es preciso distinguir lo que solamente tiene el oropel de verdad.
Hace una semana comenzó a circular por internet un texto con la referencia de que se había escrito cuando la peste de 1800, cuando en realidad ese día lo subió a su blog -The Daily Day- su autora, Kitty O’Meara, quien es una maestra jubilada que vive con su esposo en Madison, muy cerca de los puentes que fueron hechos famosos por la película de Clint Eastwood y Meryl Streep.
A pesar de perder su encanto premonitorio no deja de ser fascinante el mensaje transmitido en este poema en prosa, en el que se describe que los seres humanos se reencontraron y establecieron nuevas formas de convivencia.
“Y la gente se quedó en casa. Y leía libros y escuchaba. Y descansaba y hacía ejercicio. Y creaba arte y jugaba. Y aprendía nuevas formas de ser, de estar quieto. Y se detenía. Y escuchaba más profundamente. Algunos meditaban. Algunos rezaban. Algunos bailaban. Algunos hallaron sus sombras. Y la gente empezó a pensar de forma diferente.
“Y la gente sanó. Y, en ausencia de personas que viven en la ignorancia y el peligro, sin sentido y sin corazón, la Tierra comenzó a sanar.
“Y cuando pasó el peligro, y la gente se unió de nuevo, lamentaron sus pérdidas, tomaron nuevas decisiones, soñaron nuevas imágenes, crearon nuevas formas de vivir y curaron la tierra por completo, tal y como ellos habían sido curados”.
¿Me reencuentro en la pandemia?