Arturo Santamaría Gómez
santamar24@hotmail.com
Morena es visto como un partido sin unidad y consistencia, disperso organizativa y políticamente. Sin organicidad. Ideológicamente confuso. López Obrador dice que son liberales y sus críticos neoliberales dicen que son de izquierda. La izquierda socialista dice que Morena no es de izquierda aunque haya militantes en su seno con esa orientación. En fin, Morena es un batidillo ideológico y político o en el mejor de los casos un mosaico.
No obstante, al menos en Sinaloa y en camino para definir la candidatura para habitar el Palacio de Gobierno en Culiacán, presume la unidad y parece que la mantendrá cuando se decida quien lo abanderará en 2021.
En el PRI, aun estando en el poder, la división ya empezó y podría profundizarse.
La disciplina de Morena gira alrededor de AMLO y del interés, a pesar de las evidentes discrepancias, de que pueden llegar a ganar la Gubernatura y la mayoría de los asientos en el Poder Legislativo federal y estatal. Y quizá la mayoría de las alcaldías. El poder hace milagros, incluso unir a los diferentes y a los que no se quieren (menos a Vargas Landeros).
No deja de ser paradójico que Quirino Ordaz Coppel salga muy bien evaluado y sea considerado uno de los mejores gobernadores del País, pero al interior del PRI estatal no lo consideren así, al menos si tomamos como criterio de medición la disciplina partidaria. Ya se le salieron Sergio Torres y Francisco Castillo, Paola Gárate amenazaba con hacerlo, Jorge Abel López Sánchez y Daniel Amador le ponen piedritas en el camino, y a Juan Alfonso Mejía, quien parece ser el favorito del Gobernador, lo están golpeando a lo lindo. Entre los últimos ganchos al hígado que le han tirado está un video donde se reproducen las críticas que le hizo al PRI en una de sus publicaciones durante su época panista.
Es decir, mientras Morena se siente seguro de ganar, el PRI parece no estarlo. Y, bueno, las encuestas hasta el momento eso dicen; pero lo peor de todo entre los priistas y comentaristas cercanos a quienes no son del círculo del poder tricolor es que dicen que Quirino está decidido a dejar entrar a los morenos por la puerta grande en 2021. Hablan, prácticamente, de una traición.
Pero, ¿por qué Ordaz Coppel habría de traicionar al PRI? Los mal pensados dicen que para protegerse de posibles auditorías que lo pongan en una situación difícil. En particular, he insistido en que a Quirino no le gusta el PRI tradicional, el de los “grillos”, el de los que solo saben hacer política añeja, y por eso prefiere a una persona como Mejía López, que sin ser priista es más bien un tecnócrata que hace política; es decir, el Secretario de Educación tiene un perfil más parecido al del propio Ordaz Coppel. Y, por si fuera poco, es mazatleco. A juzgar por el Gabinete de primer y segundo nivel, los “patasaladas” abundan, lo cual no es casualidad.
Morena aparentemente decidió que él único criterio para definir al candidato o candidata a la Gubernatura es una encuesta. Si esto es así, lo comenté hace ocho días, pocos podrán dudar que el doctor Rubén Rocha Moya saldrá avante. Y si (siempre el condicional) es cierta la información que maneja la periodista tijuanense Adela Navarro Bello, del semanario Zeta, en la columna que publicó Noroeste el jueves pasado, en Morena han decidido otorgar solo cinco candidaturas a las mujeres de los estados de Baja California, Tlaxcala, Colima, Nuevo León y Campeche, dejando fuera a Sinaloa y, por lo tanto, a Imelda Castro.
Pero con un partido tan presidencialista y con la personalidad tan personalista de AMLO, no se puede descartar que la decisión la tome solo él y; por lo tanto, no sabemos dónde podría poner el dedo. Aun así, Morena, hasta el momento, parece imbatible.
Al margen de lo anterior, no deja de ser relevante que el Tribunal Estatal Electoral de Sinaloa haya resuelto que el Alcalde Mazatlán, Benítez Torres, “ejerce violencia simbólica y sistemática” contra la Síndica Procuradora y; por lo tanto, podría quedar inhabilitado para postularse a un cargo de elección popular. Es un duro golpe para él y un importante aliento para el funcionamiento democrático de las instituciones de gobierno en el estado.
Posdata
Un trabajador de la UAS me envió una carta para que la expusiera en Noroeste y aquí lo hago textualmente:
Un problema que nos aqueja a 600 universitarios en relación a semanas cotizadas en el IMSS. A pesar de aparecer el descuento en talones de cheques la cuota del IMSS, la UAS omitió darnos de alta en tiempo y forma.
Hoy estos 600 trabajadores estamos sin recibir ese derecho por el cual trabajamos y pagamos. El departamento de Prestaciones de la UAS lleva más de dos años dando largas, hoy es necesario que esta situación salga a la luz pública, pues mientras el Rector y funcionarios derrochan el presupuesto, dicen no tener para cubrir esta prestación fundamental del trabajador, a tal grado que se jubila y no puede reclamar su pensión a la que tiene el legítimo derecho, pues ya cumplió con sus obligaciones y tiene sus derechos al 100 adquiridos.