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"OPINIÓN"

"¡En caída libre!"

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    jesusrojasriver@gmail.com

     

    El reto más grande para las economías nacionales, regionales o locales no serán los números que deje la pandemia durante el paso por sus territorios. Lo duro vendrá después, en el golpazo económico consecuencia de la parálisis social provocada por la enfermedad. 155 días después del primer caso confirmado de coronavirus en México, los números comienzan a darnos idea de la magnitud del problema. Los expertos dicen que lo que estamos viendo es apenas la punta del iceberg.

    Poco más de 12 millones de empleos perdidos en el primer trimestre de la pandemia es el cálculo inicial del Banco de México, pero esta cifra solo se refiere a empleos formales, la estimación más conservadora dice que al menos se perdió el doble en empleos informales, es decir, de aquellos trabajadores que no estaban registrados en institutos de seguridad social.

    Muchas empresas y patrones hicieron el esfuerzo por mantener la plantilla laboral intacta, en algunos casos recortando sueldos o en estrategias de rotación del personal. Pero pasados los primeros meses la situación fue insostenible. Tan solo en Culiacán, la Cámara Nacional de la Industria Restaurantes y de Alimentos informó que por la pandemia 150 restaurantes han cerrado sus puertas de manera definitiva. Otros datos apuntan a más de 10,000 unidades económicas cerradas en Sinaloa. Colegios, tiendas, mercerías, papelerías, boutiques, mueblerías y un largo etc.

    La Coparmex local dijo que la estimación en la pérdida de empleos en Sinaloa es de aproximadamente 25,000. Mientras que en Jalisco la estimación supera los 110,000 para 2020. Chihuahua, Baja California y Quintana Roo no tienen mejores cifras, el panorama es sombrío y desalentador, el desempleo no tardará en mostrar el rostro más cruel de la desesperanza.

    El propio Banco de México estimó que la crisis económica provocada por el coronavirus dejará en nuestro país hasta 40 millones de nuevos pobres. En una caída estimada de la economía nacional entre el 8.5 y el 10.5. Una crisis difícil de superar, que por sus características y por el contexto global podría ser la peor crisis económica y financiera en la historia moderna del país.

    La economía mexicana viene en caída libre y poco o nada puede hacer el gobierno. Un tanto porque no está en sus manos y otro porque el Presidente no entiende las dimensiones de lo que se vislumbra. A los mexicanos nos tocará lidiar una de las peores tormentas con un capitán al frente del barco que está más preocupado por otras cosas. Por mantener la mayoría de los escaños en la cámara y ganar el mayor número de elecciones en los estados por ejemplo.

    En abril el Presidente Andrés Manuel prometió crear 2 millones de empleos, cifra muy por debajo de las estimaciones para solventar la problemática. Lo que nunca dijo el mandatario es “cómo lo haría” y mucho menos para “cuándo estarían”. De abril a la fecha los empleos siguen cayendo y las políticas de contención para detenerlo brillan por su ausencia.

    La Comisión Económica para América Latina y el Caribe advierte que el verdadero desafío social de los gobiernos posterior a la pandemia será lidiar con el aumento de la pobreza y la pobreza extrema que incluso podría llegar a escasez alimentaria. La CEPAL, recomienda a los gobiernos implementar políticas universales, redistributivas y solidarias con el fin de evitar una escalada en los niveles de pobreza.

    Pero trazar una ruta para salir de la crisis es muy difícil, sobre todo cuando la economía no es la prioridad en la mente del gobernante. Algunos países apostarán por implementar un ingreso universal básico para todas las familias, otros irán por el aumento de impuestos a los bienes destinados al consumo y la propiedad. Habrá también quienes desarrollen estrategias para fortalecer las empresas y reactivar la economía generando desde ellas, empleos que detengan la parálisis de consumo.

    Mientras eso pase en el mundo, nosotros tal vez seguiremos discutiendo sobre la gastritis de Lozoya, tratando de vender un avión, culpando a las refresqueras de la obesidad y a la obesidad de la altísima letalidad del virus. En tanto buscamos los tres pies del gato, 70 millones de mexicanos están a punto de vivir la peor de las pesadillas económicas. Luego le seguimos...